El Aikido fue desarrollado después de la II Guerra Mundial por Morihei Ueshiba, experto en artes marciales. Tras mucho tiempo de práctica llegó a la conclusión de que cualquier método de defensa se volvía inútil si influía la fuerza o el poderío físico ya que siempre habría alguien más fuerte y más hábil que uno y pasaría de vencedor a vencido. Morihei decidió crear un arte marcial que a diferencia de las demás no buscara oponerse al adversario sino unirse con él y neutralizar su ataque.
Para ello, basándose en las artes de la espada, la lanza y antiguas artes marciales, creó el Aikido, disciplina que no sólo busca aprovechar la fuerza del adversario para unirla a la propia(como hace el judo) sino desviarla para desequilibrar totalmente al oponente sin necesidad de fuerza añadida.
El Aikidose basa en seguir la dirección de la fuerza del adversario pero con sutiles cambios en la dirección para llevarlo a donde nos interesa (generalmente el suelo) pero con cuidado y sin dar golpes o barridos. Luego inmovilizamos a nuestro oponente en el suelo boca abajo.
La palabra Aikido se traduce literalmente como "la vía (do) de la unidad (ai) con la energía de todas las cosas (ki). Los principios del Aikido sostienen que la mente y el cuerpo son uno solo. Cuando una persona actúa según esta idea es posible que logre desarrollar un gran poder.
Los movimientos del Aikido son, de una manera natural, circulares, requiriendo flexibilidad, equilibrio y colocación. Por esta razón no hay ninguna necesidad de conflicto cuando se produce un ataque potente.
Uniéndose con el movimiento y controlando la fuerza es posible dirigir el poder del ataque de una manera segura y efectiva. La práctica del Aikido también conduce al aprendizaje de las caídas, tomándolas así de una manera segura y convirtiéndolas en una forma de auto defensa.
Las técnicas de Aikido no necesitan fuerza para actuar contra otra fuerza, por ello no es necesario ser fuerte para empezar.
Las técnicas de Aikido son defensivas, por eso no es necesaria una actitud agresiva. El objetivo del Aikido es reducir al oponente sin necesidad de herirlo.
Además de tratarse de un ejercicio físico o una forma de autodefensa, el Aikido es una filosofía emparentada con otras tan antiguas como el sintoísmo o el budismo y sobre todo con el zen.