En 1895 Daniel David Palmer realizó masajes en la zona lumbar a un hombre que padecía sordera desde hace 17 años y éste recuperó la audición. Palmer comenzó a investigar la relación que había entre la columna vertebral y la salud, descubriendo la importancia del sistema nervioso protegido por esta misma columna vertebral. Luego acudió a visitarle un hombre con problemas cardíacos. Daniel realizó el ajuste vertebral y puso fin a la dolencia del paciente. Comenzó a investigar entonces el porqué dos pacientes con problemas tan diferentes se sanaban al tocar su columna vertebral.

La Quiropraxia había nacido. Esta especialidad llegó a Europa en 1923 y desde entonces su investigación científica y utilización han ido en constante aumento. En 1996, la Organización Mundial de la Salud reconoció oficialmente a la Asociación Mundial de Quiropraxia por su beneficio y finalidad a nivel sanitario.

En la actualidad existen 32 universidades quiroprácticas entre Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Francia, Inglaterra, Sudáfrica y Brasil. Millones de personas reciben actualmente cuidado quiropráctico cotidiano en todos los continentes, aunque en algunos lugares la técnica todavía no se conoce.

La Quiropraxia tiene como fin corregir las alteraciones mecánicas de las articulaciones vertebrales y periféricas del cuerpo. Cuando la movilidad de la columna es afectada por un traumatismo o posturas incorrectas reiteradas, se produce un bloqueo que puede producir desde una ligera molestia a una hernia discal acompañada de gran dolor si afecta al nervio.

Manipulando la zona afectada se puede liberar la articulación de su estado de fijación devolviéndole el movimiento y normalizando su función.

Por medio de la quiropraxia se puede tratar:

- Fijaciones musculares, articulares y ligamentosas.
- Pierna corta.
- Debilidad muscular.
- Síndrome sacro ilíaco.
- Síndromes discales.

La quiropraxia plantea que las enfermedades son consecuencia de un trastorno en la enervación de los tejidos. La curación puede lograrse a través de la manipulación de las estructuras del cuerpo, sobre todo de la columna vertebral.

El aspecto más característico del ejercicio de la quiropraxia es la corrección de las subluxaciones de los segmentos vertebrales y pélvicos mediante actuaciones especificas y predeterminadas. El objetivo de la corrección es normalizar la posición de los segmentos, por cuanto respecta a sus superficies articulares, y en aliviar los consiguientes trastornos de naturaleza neurológica, muscular y vascular.

Tras un examen básico general debe realizarse un examen completo de la columna vertebral desde el punto de vista quiropráxico. Para ello se estudian las posturas adoptadas por el paciente mediante exámenes radiográficos y palpación de la columna.

Ha de considerarse también cada músculo del cuerpo por separado, con objeto de poder valorar mejor el comportamiento en respuesta a requerimientos de distinta naturaleza. Disponiendo ya de todos estos datos, se puede elegir el tipo de tratamiento aplicable.

La terapia consiste en la manipulación tendiente a desbloquear un determinado segmento vertebral. Luego se intenta reforzar los distintos músculos mediante técnicas de quinesiología aplicada, es decir, a través de ejercicios que actúan básicamente reforzando el tono y la acción de determinados músculos y corrigiendo las actitudes viciosas o incorrectas.

Contraindicaciones

El ajuste corrector es una maniobra que se realiza sobre la articulación vertebral (o extravertebral), ejerciendo una presión rápida y profunda. Esta maniobra no puede realizarse en presencia de alteraciones de la estructura ósea, pues estas podrían agravarse al aplicar fuerza desde el exterior.

Algunas contraindicaciones son absolutas y otras relativas. Entre las primeras cabe citar los tumores y las metástasis, las infecciones, la espondiloartritis anquilosante y las fracturas. Las contraindicaciones relativas son numerosas y su disminución depende de la habilidad del quiropráctico.