Cirugías de la Obesidad / Introducción

La cirugía de la obesidad es un método definitivo en el tratamiento del sobrepeso ya que su efectividad alcanza al 72%. Este tipo de intervención recibe el nombre de bariátrica y consiste en reducir, mediante distintas técnicas, la capacidad del estómago.

Este tipo de operaciones pertenecen al campo de la cirugía general y gastroenterológica, por lo que no se las considera cirugías plásticas. Siempre se trata de intervenciones agresivas con el cuerpo y sólo deben realizarse en casos extremos y cuando hayan fracasado tratamientos anteriores menos invasivos.

Estas cirugías se recomiendan en personas cuyo índice de masa corporal es de 40 o más (recordemos que el IMC se obtiene dividiendo el peso en kilos entre la talla en metros elevada al cuadrado), o en aquellos que no consiguen mantener un peso adecuado por otros métodos y su IMC supera los 30, presentando además enfermedades secundarias a la obesidad.

También se recomienda intervenir cuando el sobrepeso ocasiona dolencias que afectan diferentes órganos o sistemas del paciente. Por ejemplo, diabetes, infarto, insuficiencia cardiaca o respiratoria, daño de columna o articulaciones, entre otras.

Esta cirugía puede realizarse cuando la obesidad no es consecuencia de enfermedades como: hipotiroidismo, síndromes de Cushing, Turner, Down, y de Prader Willie, tratamiento con esteroides e hipogonadismo, entre otras.

Otros requisitos que debe cumplir el paciente para someterse a este tipo de intervenciones son:

  • Tener una edad entre 18 y 60 años
  • Presentar una evolución de al menos 5 años de obesidad
  • No padecer problemas mentales incompatibles, como trastornos psicóticos, déficits cognitivos y ciertas adicciones como el alcoholismo, bulimia y anorexia.
  • Fracaso reiterado de otros tratamientos convencionales.

Las técnicas que más se utilizan actualmente son:

Existen otras técnicas que no son consideradas como cirugía bariátrica, pues no reducen la capacidad del estómago y por ende no disminuyen el apetito:

Cómo mantenerse después de la cirugíaLuego de la intervención el paciente comienza una nueva etapa que dura aproximadamente un año.
En este período debe asesorarse por un equipo multidisciplinario, compuesto por siquiatras o sicólogos, nutricionistas y otros especialistas, dependiendo de la patología de base del paciente.

Respecto a la dieta, durante el primer mes se consumen líquidos y papillas, luego se incorporan alimentos más sólidos, y sólo pasado un año se comienza una dieta común y corriente.
Se recomienda realizar ejercicio físico para fortalecer la musculatura y apretar los tejidos, dado que con la pérdida de peso se afloja el tono muscular.

Es importante que quienes se han sometido a este tipo de intervenciones cambien sus hábitos alimenticios y mantengan un control nutricional de por vida, junto con la actividad física que les permitirá mantener el peso que con esfuerzo han logrado reducir.

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