La vitamina B1 tiene un efecto benéfico sobre el sistema nervioso y la actitud mental. Ayuda en casos de depresión, irritabilidad, pérdida de concentración y agotamiento.

También favorece el crecimiento y ayuda a la digestión de carbohidratos. Además, da elasticidad a los músculos del corazón, para que este pueda latir en forma normal.

La energía

La energía se obtiene de los carbohidratos mediante un proceso en que participa una enzima, la tiamina pyrofosfato (TPP), que se activa justamente con la vitamina B1. El cerebro y el sistema nervioso en general necesitan de glucosa y gracias a la acción de la vitamina B1, podemos absorber la cantidad de glucosa necesaria.

Falta de vitamina B1

Su deficiencia produce desgana, mal humor y poco rendimiento en general, pudiendo incluso conducir a dolores nerviosos y graves síntomas de parálisis.

La falta de vitamina B1 causa una enfermedad llamada "beriberi". Los síntomas de esta dolencia son entre otros: cansancio, debilidad muscular, puntadas o calambres en las piernas y depresión.

Las dosis diarias recomendadas son muy bajas, así que no es muy común una deficiencia de esta vitamina. El alcohol y los taninos del té, pueden destruir gran parte de la vitamina B1. El magnesio, por el contrario, la activa.

La comida con conservantes o sobrecocinada pierde gran parte de la vitamina B1, no así la congelada. Los alcohólicos, las personas mayores, las embarazadas y los diabéticos pueden presentar deficiencias de vitamina B1.

Como casi todas las vitaminas del complejo B, la vitamina B1 es soluble en agua. Al igual que la vitamina E, el cuerpo no la absorbe, sino que se deshace naturalmente del excedente. Por esta razón, se recomienda ingerir un poco de esta vitamina todos los días. Esto no representa ningún problema de sobredosis, porque la vitamina B1 no es tóxica.

Vitamina B1 en los alimentos

Los alimentos que contienen vitamina B1 son: la carne de cerdo, el hígado, el pescado, las naranjas, las arvejas, los porotos, el gérmen de trigo y otros granos integrales.