Está
más que claro: ir al gimnasio dos meses antes
de la llegada del verano no es una buena decisión.
Músculos resentidos y ligamentos dañados
son algunas de las consecuencias de esta común
y desesperada rutina. Perder peso y talla en forma apresurada
es un atentado a nuestro organismo, por lo que es bueno
escuchar y tomar en cuenta la voz de los especialistas.
Ana María Barra. Diario
La Tercera // Mujer
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Con
la inminente llegada del calor, el uso de poleras sin manga,
vestidos y otras prendas que dejan ver un poco más
de piel, la ansiedad por eliminar esos feos rollos o de apretar
brazos y piernas se hace cada vez más intensa. Las
dietas de la amiga o los ejercicios recomendados por la vecina
son las armas más utilizadas por unos y sólo
los que pueden van al gimnasio. Aun así, las salas
de aeróbica se llenan y las máquinas se hacen
pocas. ¿Es realmente efectivo privarse de comer, sudar
la gota gorda y desgastarse sólo por un par de meses?
Marcos
Contreras, profesor de educación física y coordinador
del área deportiva del Club Balthus, tiene una opinión
clara:
Las
personas que buscan ciertos objetivos del punto de vista estético
tienen que evaluar primero en qué condiciones físicas
están. Segundo, considerar que la alimentación
o la dieta es el factor que incide en el 85% del rendimiento
y de los resultados que se quieran obtener, y hay un 25% que
corresponde al ejercicio físico. No se saca nada con
hacer mucho ejercicio si no se tiene una dieta balanceada.
Todo
apunta entonces a la importancia de que las personas entiendan
que para estar en forma y mejorar el estado físico
es necesario contemplar un plan integral que contenga cuidados
en la alimentación, el entrenamiento y también
la relajación.
La
idea es que cuando la persona llegue a un gimnasio, todo el
equipo de profesionales que trabaja en él le enseñe
la importancia que tiene el trabajo cardiovascular, la buena
alimentación y la evaluación con el médico.
Recién a partir de ahí, se deben trazar objetivos,
que son los típicos: estar en forma, mejorar la condición
física y la salud, tonificar la musculatura. Después
de esa primera etapa recién se pueden tocar algunos
aspectos sensibles a la parte estética. Hay que pensar
en un trabajo de varios meses para bajar la guatita y disminuir
ciertas tallas.
Para
conseguirlo, dice el profesional, ellos se apoyan en el área
salud con pautas bien claras de cómo deben alimentarse
las personas; y por otro lado, con los programas de entrenamiento
tienen en la sala de actividades dirigidas y en fitness (sala
de máquinas y piscinas).
En
cada sala hay programas orientados a que las personas quemen
grasas, bajen de peso o disminuyan ciertas tallas. El punto,
entonces, es tener claro que antes de lograr esos objetivos
es necesario dejar el cuerpo en un estado óptimo para
que pueda hacerlo. Son dos cosas que van de la mano, si se
va a practicar algún deporte, lo lógico es que
primero se domine la técnica, que se posea un cierto
grado de condición física y un manejo de los
implementos que se ocupan en él. A partir de eso se
puede pretender jugar bien.
Hay
que entender, acota, que el cuerpo no es una masa que se pueda
mover de un momento para otro, es decir, pasar de la inactividad
prolongada a la actividad intensiva. Si bien se pueden ver
resultados sorprendentes a primera vista, las consecuencias
pueden resultar, a lo menos, dolorosas.
Es
necesario tener en cuenta que todos los músculos posturales
se van deteriorando a lo largo de los años si no hay
una mantención sentencia el kinesiólogo
Víctor Olivares, profesor de educación física
y coordinador del área de salud del Club Balthus.
La idea es hacer un justo promedio entre lo que la persona
necesita según nuestro punto de vista médico
kinésico y lo que la persona quiere. No hay que ir
en contra de lo que la persona desea, sino educarla diciéndole
cómo debe ser su baja de peso y cuál sería
el óptimo en base a cómo ella nos plantea el
problema.
Pensando
en eso, justamente, es que el Club Balthus desarrolla un concepto
llamado Wellness, que tiene relación con la idea de
que no basta con practicar una sola actividad deportiva o
recreativa para lograr una sensación de bienestar permanente.
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