Relajantes musculares: Uso y abuso

El efecto sedante de agrado y relajo podría provocar adicción.

La Clormezanona es un relajante muscular que se utiliza para el alivio del espasmo muscular agudo causado por un traumatismo o distensión muscular.

El Instituto de Salud Pública (ISP) confirmó que existen 30 informes de reacciones adversas al fármaco -cuatro de estas graves- y otras dos de casos de abusos en el consumo, además de reportes de abuso de consumo de estos medicamentos.

Este fármaco no benzodiazepínico se comercializa desde 1958 a nivel mundial como relajante muscular de acción central para el dolor de espalda baja.

Según el ISP, hay una tasa importante de uso indebido de estos fármacos especialmente de productos que lo contienen en asociación con Diazepam en bajas dosis.

De acuerdo al Director de Química y Farmacia de la U. San Sebastián, Christian Tapia, "El consumo de Clormezanona puede producir efectos secundarios como sedación, confusión y alucinaciones visuales transitorias. También se puede observar náuseas, rubor, excitación, temblor, dolor de cabeza y erupciones cutáneas".

Consumo abusivo

El químico farmacéutico sostiene que hay una señal clara de abuso cuando la Clormezanona se ingiere en dosificaciones superiores a las necesarias y/o recomendadas por un profesional médico. Y agrega que "en estos casos la Clormezanona genera un efecto sedante, sensación de agrado y relajo que puede llevar no sólo a abuso sino también a adicción, entendiendo que estos efectos de recompensa conducen a una conducta repetitiva en el consumo".

Respecto al endurecimiento de la condición de venta al exigir receta retenida, el profesional advierte que "la medida de control impuesta por ISP va en favor de la salud pública, pero deja en discusión el cumplimiento de la legislación vigente. Aquí es donde surge la duda sobre si un medicamento que exige presentación de receta cumple con la exigencia".

Población en riesgo

Por otra parte, hay que tener presente que las poblaciones de riesgo por consumo de este fármaco son tercera edad, pacientes con daño renal y/o hepático, lactantes, madres nodrizas, pacientes con enfermedades del ánimo como depresión, pacientes que consumen alcohol, pacientes que manejen maquinarias y/o vehículos y mujeres embarazadas.

Respecto a la forma correcta de consumirlos, Christian Tapia advierte que hay que considerar que todos los medicamentos tienen riesgos potenciales en la salud, por lo que la recomendación es consumirlos bajo prescripción médica y con controles durante su uso.

Publicado el 22/06/12
Fuente: La Segunda


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