Estudio en EEUU advierte que vivir en barrios pobres no ayuda a la salud

Luego de evaluar a miles de mujeres de bajo nivel económico que fueron trasladadas a viviendas más acomodadas, se demostró una baja importante en sus niveles de diabetes y obesidad.

En la década de 1990, el gobierno federal estadounidense efectuó un experimento insólito: ofreció la oportunidad de residir en vecindarios de mayor nivel económico a miles de mujeres pobres que habitaban viviendas de interés social en grandes ciudades.

Una década después, las mujeres reubicadas tenían tasas menores de diabetes y de obesidad extrema, diferencias que están siendo consideradas como una prueba convincente de que la calidad económica de un sector urbano puede ser determinante para la salud de las personas que vivan en el mismo.

El experimento tenía inicialmente el propósito de investigar si el cambio de las familias pobres a sectores más prósperos serviría para que mejoraran de empleo y escolaridad. Sin embargo, de acuerdo a un estudio recién difundido, el efecto más interesante podría haber sido el de la salud de las mujeres.

Casi 16% de las que se habían mudado de vecindario tenían diabetes, en comparación con el 20% de las que permanecieron en departamentos de interés social. Y aproximadamente el 14% de las que se marcharon de las viviendas públicas tenían obesidad extrema, en comparación con un 18% de las que no lo hicieron.

Las diferencias en las estadísticas son pequeñas, pero importantes y constituyen a la fecha el argumento más firme para sustentar la idea de que el lugar donde se vive puede tener repercusiones considerables en la salud general de las personas, especialmente si se vive en un sector de bajos ingresos en el que hay pocos lugares seguros para hacer ejercicio, opciones limitadas de alimentación y pocos servicios médicos.

"El estudio muestra que la pobreza concentrada no es sólo una mala política, sino que también es mala para la salud de las personas", dijo Shaun Donovan, secretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.

Sin embargo, nadie cree que en estos momentos de dificultades presupuestarias el gobierno vaya a ampliar el programa y comience a mudar en masa a mujeres de bajos ingresos hacia sectores urbanos mejores.

"No basta simplemente con trasladar a familias hacia distintos sectores urbanos", dijo Donovan, pues en lugar de ello, es necesario encontrar nuevas alternativas a fin de ayudar a las familias a que "rompan el ciclo de pobreza que literalmente puede enfermar a sus integrantes".

Publicado el 22/01/12
Fuente: La Tercera


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