Obesos mórbidos en Chile podrían repletar 6 estadios nacionales

Según estudio de la Academia Chilena de Medicina, pese a los altos índices de sobrepeso en nuestro país, un bajo porcentaje de los obesos se reconoce como tal, situación que dificulta un tratamiento oportuno.

Si en el año 2003, un 22,5% de la población chilena tenía sobrepeso u obesidad, para 2010, ese porcentaje había aumentado a 27%. “Lo preocupante es que, de ese 27%, apenas un 12% reconoce su sobrepeso; el resto se considera normal. Muchos pacientes incluso se molestan cuando uno les dice que están excedidos de peso. Y esa auto-percepción es muy nociva, pues la obesidad va de la mano con una serie de patologías crónicas, especialmente diabetes, hipertensión y enfermedades coronarias. Pero si la persona no se considera gorda, va a seguir poniendo en riesgo su salud y su vida”, sostiene el doctor Manuel García de los Ríos, diabetólogo de la Academia Chilena de Medicina.

Este reconocido especialista fue el coordinador y a la vez miembro de un grupo de investigadores que preparó el estudio-ponencia “Obesidad, pandemia del siglo XXI, una visión de Chile”, para ser presentado en el Congreso Iberoamericano de Academias de Medicina, a realizarse en Madrid, España, el 27 y 28 de septiembre próximo.

“Estuvimos más de un año reuniéndonos, con el propósito de analizar y dar a conocer lo que está pasando en Chile en relación a este tema. Ya es aceptado por todos que la obesidad es un problema de salud pública mundial, que en Chile estamos viviendo desde hace unos 20 ó 30 años. Y eso es por todos los grandes cambios que hemos experimentado durante este periodo”, indica el doctor García de los Ríos.

Cifras elocuentes

Hace 20 años -precisa- el 56% de las personas en Chile moría de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, cáncer, diabetes e hipertensión. Hoy, el 82% muere de estas patologías. “Además ha habido fuertes cambios demográficos: actualmente, alrededor del 15% de la población tiene más de 65 años y la expectativa de vida es de de 81 años para la mujer y de 78 para el hombre. Hace 30 años era de 65 años y no más” menciona este especialista, recordando que estos factores -mayor esperanza de vida y envejecimiento de la población- inciden en un mayor desarrollo de las enfermedades crónicas.

Otro aspecto relevante es el significativo crecimiento económico que hemos tenido como país, con un ingreso per cápita del orden de los 13.500 dólares, esto es el doble de hace 30 años. “Eso ha provocado cambios importantes en el estilo de vida de la población, como el tipo de alimentación y menor actividad física, que han llevado al desarrollo tremendo de la obesidad”.

Uno de los temas preocupantes analizados por este grupo de especialistas, es que la obesidad ya está presente desde los primeros años de vida. “En 2010, el 23% de los niños que ingresan a la escuela pública son obesos o tienen sobrepeso, es decir, uno de cada cuatro niños. Y esto se ve incluso en los preescolares, con índices de obesidad que se han duplicado -y a veces triplicado- en los últimos 20 años”, apunta este especialista de la Academia Chilena de Medicina.

En tanto, los obesos mórbidos también se han incrementado. “En 2003, un 1,3% de los chilenos tenía obesidad mórbida (con un índice de sobrepeso de más del 40%). El año 2010, ese porcentaje subió a 2,3 %, equivalente a 300 mil personas, es decir, 6 estadios nacionales llenos de obesos mórbidos”, indica.

El doctor García de los Ríos llama a tener en cuenta además que la obesidad está asociada a una serie de enfermedades asociadas, como la diabetes tipo 2. “Con mi grupo de estudio, determinamos que hace 30 años, el 5,4% de la población mayor de 20 años tenía este tipo de diabetes. En 2003, la Encuesta Nacional de Salud del MINSAL mostró que el 6,7% de la población tenía esta patología y en 2010, esa cifra subió a 9,4%. Y sobre los 60 años, el 15% es diabético. Eso significa que esta enfermedad crónica incide en menos años de vida útil, también induce a altas tasas de hipertensión arterial y, particularmente en los obesos, favorece los accidentes coronarios, los infartos y los accidentes cerebrales”.

De la desnutrición a la obesidad

Este especialista sostiene que en los últimos treinta años pasamos tan rápido de la desnutrición infantil a la obesidad, principalmente por el mayor acceso a la comida, derivado del aumento del poder económico de los chilenos. “Al cambiar la desnutrición a la alimentación normal, esos niños tuvieron avidez por comer, y como tuvieron más recursos y cambios alimentarios (alta en azúcar y grasas saturadas), en gran medida eso provocó las tremendas tasas de obesidad infantil que hoy vemos”, señala.

En este sentido, destaca que las clases socio-económicas bajas invierten hasta un 70% de sus ingresos en alimentación, en tanto que las clases media-alta, sólo dedican un 20% a este ítem. “Y el problema es que muchas veces los sectores más vulnerables se están sobrealimentando con comidas de menor valor económico, como el pan, masas en general, comida chatarra y bebidas azucaradas, que son precisamente las que más engordan”. Recuerda, asimismo, que en los últimos diez años, el consumo de bebidas azucaradas se duplicó, “y esto es especialmente cierto en los hogares más vulnerables, donde la satisfacción inmediata que producen estos productos se asocia a muestras de afecto o de poder adquisitivo. Sin duda, hay factores socioculturales involucrados aquí, que tenemos que cambiar a toda costa, si queremos mejorar la salud de nuestro país”.

Publicado el 16/04/12
Fuente: La Segunda


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