Estudios muestran que comer grasas saludables mejoran habilidades cognitivas
Estudios sitúan casi siempre a las grasas como las más villanas de la película. Hacen mal para el corazón, se convierten en verdaderos tapones para las arterias e inflaman el hígado. Pero no todas las grasas son perjudiciales.
También existen las "grasas buenas" o de buena calidad, como las omega 3 y 6, que se hallan en productos lácteos, pescados y frutos secos.
Un reciente estudio de la U. de Maine (EE.UU.) señala que los nutrientes de la leche -incluida su grasa- impactan positivamente en el cerebro.
Para demostrarlo, estudiaron a casi mil hombres y mujeres entre 23 y 98 años, a quienes preguntaron sobre sus hábitos alimenticios, datos que cruzaron con los puntajes de varias pruebas de habilidad cognitiva. ¿Resultado? Aquellas que consumían leche y productos lácteos, como queso y yogurt, obtuvieron puntuaciones más altas en pruebas de memoria y de rendimiento cognitivo que aquellos que bebían poco o nada de leche. Quienes consumían leche tenían cinco veces menos probabilidades de salir mal en estas pruebas, en comparación con los que no ingerían lácteos.
A esta investigación se suma otra realizada por la U. de California (EE.UU.) sobre 1.575 adultos mayores de 67 años, que demostró que las personas que tenían más altos niveles de grasas buenas en la sangre, como el omega 3, tenían menos posibilidades de que se encogiera el cerebro, característica típica del Alzheimer.
En el estudio se midieron los niveles de los diferentes tipos de grasas en la sangre. Este tipo de ácidos grasos presentes en alimentos como el pescado, influye en las capacidades cognitivas del cerebro y lo protege contra el envejecimiento.
La explicación se encuentra en las neuronas. Todas ellas poseen una cola, denominada axón, que transmite el impulso nervioso. El axón está recubierto por una capa de grasa denominada mielina que lo protege y aísla, capa que se regenera con la grasa contenida en estos alimentos.
Además, la investigación probó que el 60% del cerebro está constituido por grasa que necesita ser constantemente reemplazada, la que también puede ser aportada por estos alimentos.
Alteraciones
Para Rinat Ratner, nutricionista de Clínica Alemana, una dieta sin grasas de ningún tipo provoca alteraciones a nivel de sistema nervioso central y también puede provocar un déficit de vitaminas liposolubles que necesitan de las grasas para ser asimiladas por el organismo. "En la formación del sistema nervioso y visual, los ácidos omega 3 y 6 son fundamentales. Ellos conforman el 30% del tejido graso del cerebro y como no son producidos por el organismo, se tienen que consumir en la dieta. A nivel celular, son los que permiten que la membrana de las células sea mucho más fluida y que las proteínas puedan ejercer su acción en todo el organismo", explicó.
Ana María Gutiérrez, nutricionista y académica de la U. Andrés Bello, explica que, en general, el consumo de omega 6 -aceites vegetales- es correcto en la población chilena. "El problema es que lo usamos para cocinar o freír y con eso acabamos con sus beneficios, porque lo convertimos en grasa saturada. Si se consumen crudos, son buenos para la salud", advirtió.
Publicado el 07/03/12
Fuente: La Tercera