Advierten los expertos:

El pan de pascua, cola de mono y compras de última hora no son amigos de los dientes

Entre Navidad y Año Nuevo las caries y el bruxismo pueden multiplicarse. El exceso de azúcar, alcohol y estrés son los responsables. Pero hay soluciones para sobrevivir a fin de año con una sonrisa perfecta.

Margherita Cordano
Bastones de azúcar, galletas de chocolate y un sabroso pan de pascua parecen ser el festín ideal para esta Navidad. Pero no todo es tan "dulce" como parece. Aunque en un principio pase desapercibido, el aumento brusco en el consumo de azúcar puede desencadenar problemas dentales a largo plazo. Así lo informó la Academia de Odontología norteamericana, que a través de un informe alertó que los excesos de azúcar pueden provocar una rápida desmineralización de los dientes, la acumulación de placa bacteriana y la aparición de caries de manera acelerada.

"Una dieta rica en azúcar aumenta la posibilidad de generar caries porque es el sustrato de éstas. Con eso la bacteria crece. Además de un aseo bucal pobre, la cantidad de ingesta se transforma en un factor de riesgo importante", explica Fernando Concha, odontólogo de Clínica Santa María.

El exceso de dulce no sólo se centra en la comida. El aumento en la cantidad de alcohol que se bebe también preocupa a los profesionales.

"Dependiendo del tipo de alcohol se produce un grado de erosión química en los dientes, lo que puede debilitar la estructura del esmalte. Si además el trago se asocia con azúcar, es peor. Mucho del alcohol que se consume en esta fecha, como el cola de mono y el champaña con helado, presenta este doble efecto. La idea no es prohibir, pero tampoco abusar", indica Enrique Neira, profesor de la carrera de Odontología de la U. Católica.

El factor agobio

En el caso de los niños, se debe tener precaución con la ingesta desmedida de bebidas azucaradas o que puedan teñir los dientes. Al mismo tiempo, se les debe recordar que la época de fiestas -que los hace acostarse tarde- no es excusa para no lavarse los dientes.

"Dejarlo pasar por un día produce un riesgo casi nulo, pero es fundamental concientizar para no crear el hábito", sugiere Concha.

Entre las preocupaciones que destaca el informe estadounidense, se encuentra el aumento en la cantidad de personas que a fin de año consultan a su dentista por cuadros de bruxismo, un apretar y rechinar involuntario de los dientes causado por el estrés. El movimiento, que generalmente se produce al dormir, desgasta la dentadura y produce dolores mandibulares.

Es una forma de liberar tensiones, ya que al tener muchas actividades concentradas para fin de año, como la entrega de notas, el balance del trabajo, ganas de irse de vacaciones, reuniones y compra de regalos de última hora, "se produce un mal dormir que deriva en una hiperactividad de la musculatura facial y en la sensación de cansancio", explica Rodrigo Díaz, profesor de la U. Diego Portales y experto en trastornos mandibulares.

Si bien prevenir el bruxismo es difícil, los especialistas recomiendan tomarse el tiempo para consultar al dentista, aun cuando la carga laboral y familiar sea más de la normal. En casos de mucha molestia, existe la posibilidad de usar placas de relajación o acceder a tratamiento farmacológico.

Consejos para cuidarse

Tomar agua entre copas de vino ayuda a mitigar el pH ácido que favorece la aparición de caries.

Masticar chicle sin azúcar es una forma sencilla de anular el componente dulce de una comida. También remueve la placa bacteriana.

Hacer el cambio de bebidas azucaradas a agua con rodajas de fruta es una buena opción para mantenerse fresco sin manchar la dentadura.

Definir un tiempo para comer y no "picotear" entre comidas mantiene el pH salival estable por más tiempo. Cada vez que la persona se echa algo a la boca, el pH tiende a bajar.

Publicado el 23/12/11
Fuente: El Mercurio


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