Dieta baja en calorías activa una molécula que frena el envejecimiento:

Descubren que comer menos mantiene el cerebro joven

Al comer un 30% menos de las calorías necesarias, se activa una proteína llamada Creb1, que pone en funcionamiento los genes de la longevidad cerebral.

Sebastián Urbina
Un nuevo argumento en favor de cuidar la figura, reduciendo las calorías que comemos, aportaron esta semana investigadores italianos. Ellos descubrieron que cuando la dieta cubre sólo el 70% de las calorías promedio que se necesitan, se activa una molécula llamada Creb1, la que a su tiempo pone en funcionamiento una serie de genes que mantienen el cerebro joven y trabajando a plena capacidad.

Aunque existía la sospecha de que una dieta baja en calorías mejoraba el funcionamiento cerebral, "nuestra investigación entrega la explicación molecular de este efecto. Más importante aún, el estudio nos dice que, por el contrario, la sobrealimentación, el sobrepeso y la diabetes pueden dañar el cerebro y dificultar su funcionamiento", explica a "El Mercurio", el investigador Giovambattista Pani, del Instituto de Patología General, de la Facultad de Medicina de la U. Católica del Sagrado Corazón, en Roma. Los resultados del trabajo realizado en ratones aparecen en el Proceedings of the National Academy of Sciences.

Tomar café

La recomendación de Pani es mantener activa esta importante molécula, aunque reconoce que él no es un partidario de una dieta restrictiva. "Hablando en sencillo, la cafeína que se encuentra en el café o el té o, incluso, algunos antidepresivos, mantienen activa esta molécula", dice este académico.

Pero, en definitiva, lo que se busca ahora es tener nuevas alternativas para "mantener el cerebro joven sin tener que recurrir a esta dieta (hipocalórica)", detalla Pani. Su idea es buscar nuevos medicamentos que mantengan en funcionamiento la Creb1.

Por otro lado, la restricción de calorías, en varios estudios animales, demuestra que no sólo impide la obesidad, sino que también protege de la diabetes. Asimismo, a nivel mental, mejora la memoria, el aprendizaje, las habilidades cognitivas y reduce la agresividad.

Además, existen trabajos que sugieren que la obesidad es mala para nuestro cerebro, lo hace funcionar lento, lo envejece en forma temprana y lo hace susceptible a enfermedades típicas de la vejez como el Alzheimer y el Parkinson.

Todas estas evidencias son tan fuertes, que los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, decidieron hace unos años estudiar la restricción de calorías en personas adultas. En resultados preliminares se ha visto que en ellas se produce una baja en la insulina y en la temperatura corporal. Ambos efectos, que son indicadores de un metabolismo más lento, se asocian con un mayor promedio de vida en diversas especies animales.

Por el contrario, un metabolismo más acelerado se asocia a una mayor producción de desechos celulares que a la larga son tóxicos para el organismo y reducen la sobrevida.

En los próximos meses podrían conocerse los resultados de estudios en humanos que confirmarían que comer menos permite vivir más y mejor.

Las hormonas

Varios investigadores consideran que las hormonas también tienen un papel relevante en la mayor sobrevida de las personas, ya que son poderosos mensajeros químicos, que echan a andar procesos metabólicos cruciales para mantener el cuerpo joven. Giovambattista Pani se propone estudiar algunas hormonas, que podrían gatillar la actividad de la molécula Creb1, por lo que serían potenciales terapias para no envejecer.

Publicado el 20/12/11
Fuente: El Mercurio


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