La Dieta del ADN Según los Genes
La última tendencia en EE.UU. es un examen genético que, a partir de una muestra de saliva, evalúa 200 genes y más de mil mutaciones vinculadas con la nutrición y el metabolismo. Un manual del funcionamiento del cuerpo que explica por qué hay dietas que sirven para unos y para otros no… Ya está en Chile.
Si usted lleva años tratando de adelgazar y ha hecho cuanto régimen existe, todo para perder con suerte un par de kilos, a lo mejor no es culpa de la dieta sino de su ADN. No todo el mundo es igual. Eso ya lo han estudiado los científicos una vez que empezaron a desentrañar los misterios del genoma humano. Pero ahora la investigación ha ido más allá y los norteamericanos están totalmente revolucionados con el más reciente avance: la nutrigenética, o la unión entre lo que nos dicta el ADN y la nutrición.
"Conocer lo que está escrito en los genes es el mejor camino para salir airoso en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad. Una ayuda enorme, tomando en cuenta que la gordura es la gran epidemia de la sociedad actual", afirma Christopher Gardner, investigador de la Universidad de Stanford y uno de los descubridores de este sistema que en Estados Unidos se bautizó como FIT.
El método es sencillo: con una muestra de saliva se obtiene el ADN a partir del cual se evalúan 200 genes y más de mil mutaciones identificadas y vinculadas con problemas nutricionales, de metabolismo (cómo el organismo procesa el azúcar, las grasas y las proteínas), peso, ejercicio, riesgos de salud y factores como la capacidad de sentir saciedad o hambre.
En el ítem nutrición, por ejemplo, se estudian 42 genes, entre ellos el POA2, asociado a la obesidad y resistencia a la insulina, lo que significa que una persona con estas características tiende a acumular grasa con más facilidad y por lo tanto su régimen alimenticio deberá ser limitado en grasas y azúcares.
El gen LEPR-RS2025804, entretanto, determina que las personas tengan tendencia a 'picotear' entre comidas, dato crucial, ya que muchas dietas eliminan este hábito. Pero al descubrirse que se trata de una compulsión arraigada en los genes, el nutricionista podrá determinar un sistema con porciones más pequeñas en las comidas principales e incorporar meriendas que satisfagan los arranques ansiosos a mitad de la mañana o de la tarde.
TAMBIÉN SE CONSIDERAN 20 GENES RELACIONADOS CON EL EJERCICIO, entre ellos el LPL-RS328 que, cuando se encuentra activo, determina que para quemar grasas hay que realizar más esfuerzo físico que el promedio. En ese caso, la recomendación será optar por trote, bicicleta o aeróbicos fuertes, y no el yoga o Pilates, que son menos intensos.
Con esta información, se puede elaborar una dieta y una rutina de ejercicios que permitan 'apagar' los genes que nos predisponen a la obesidad y 'encender' los beneficiosos.
En Estados Unidos el examen está disponible desde noviembre y entre los norteamericanos —que viven con problemas de sobrepeso— cundió la locura. El número de centros que los ofrecen hoy suma cerca de 350. A Chile llegó en enero a través de la empresa DNA Prevent.
"Este no es un centro de estética ni nutricional, somos los representantes exclusivos de una firma en California, de gran solidez científica, a la que enviamos los test para ser analizados", explica Sebastián Salinas, bioquímico y fundador de la empresa. Aclara que el examen es una herramienta para que doctores y nutricionistas apoyen los tratamientos de sus pacientes. "Nos han llegado muchos casos complejos, donde hay resistencia a bajar de peso o el colesterol se dispara y nadie entiende por qué", explica Salinas.
El examen tiene un valor de 250 mil pesos y la consulta $ 30 mil. En tres meses de funcionamiento, el número de solicitudes se ha quintuplicado.
EL FIT TAMBIÉN DETECTA ENFERMEDADES GENÉTICAS. Los resultados, más la recomendación de un especialista, se traduce en una dieta a la medida. Si en una familia hay antecedentes de problemas cardíacos, colesterol alto, desgano…, lo más recomendado será un régimen bajo en grasas, evitando azúcares refinadas y carbohidratos —que además aumentan la sensación de letargo—, e incorporan un quince por ciento de proteínas como carnes magras; un 70 por ciento de carbohidratos buenos (quínoa, legumbres y porotos negros). Y optar por aceites mono saturados como el de oliva y la palta.
Ahora, si el tema es la grasa abdominal, presión alta o triglicéridos por sobre el nivel establecido, entonces corre riesgo de enfermar del corazón o diabetes. Lo más probable es que sea insulino resistente, con dificultades para procesar el azúcar. En ese caso debe considerar en sus comidas un 30 por ciento de proteínas saludables y limitar los carbohidratos a sólo 20 ó 60 gramos diarios, especialmente las harinas refinadas, papas y el pan.
La genética manda. Por ejemplo, quienes tienen ancestros escandinavos no sufrirán problemas para digerir lácteos a diario, mientras que los nativos americanos o los chinos, presentan trastornos por intolerancia a la lactosa. La razón es simple: durante milenios estos alimentos no fueron parte de su dieta y recién incorporaron el consumo con la modernidad.
"El medio ambiente también es muy poderoso", afirma la nutricionista de la Universidad de Chile, Carolina Wittwer. Coincide la experta del Centro de Nutrición Inteligente, Andrea Chicurel, quien de hecho señala que antiguamente los mapuches no sufrían diabetes, "pero con los cambios del ritmo de vida y, sobre todo con la nueva alimentación, hoy se trata de un problema endémico que afecta a gran parte de la etnia".
Por eso es que Sebastián Salinas, de DNA Prevent, afirma que una cosa es conocer nuestra carga genética, pero la otra parte de la historia es el contexto en que cada uno se desenvuelve. "El ADN no es una lápida, de lo contrario estaríamos fregados. Por eso es tan interesante que gracias al medio ambiente, la alimentación, los ejercicios y otra serie de factores estos genes se activan o se apagan".
Pero para el endocrinólogo Víctor Perl lo mejor es una dieta bien estructurada y desarrollada, donde se tomen en cuenta los gustos, preferencias, horarios y estados anímicos de cada cual. "Sólo así se puede lograr una rápida y continua pérdida de peso, a lo menos un tres por cierto cada mes y no anual, como lo demostró el examen FIT en algunos de sus estudios. Y, lo más importante, formando los hábitos correctos, evitando el temido efecto de rebote".
Para Perl, la obesidad es un problema que va más allá de la genética, está relacionada con las emociones, las sensaciones y la sociabilidad. "El ADN es fantástico como herramienta, pero un tratamiento moderno debe enseñar cómo manejar esos estados. La gordura es más que algo de nuestros genes, es conductual y, sobre todo, emocional; depresiones y ansiedades son determinantes en lo que una persona come".
¿Y el genotipo?
"Muchos confunden la dieta del ADN con la del genotipo, pero no son lo mismo", aclara Andrea Chicurel, directora del Centro de Nutrición Inteligente, especializado en este última alternativa. "Nos basamos en las investigaciones del doctor D'Adamo, un norteamericano, que creó una fórmula basada en los grupos sanguíneos. Cada tipo responde de forma diferente ante determinados alimentos. Por ejemplo, los O necesitan proteínas, a diferencia de los A, que debieran llevar un sistema más vegetariano".
Se requiere un pinchazo en el dedo y una muestra de saliva, lo que se complementa con mediciones del largo de los dedos, lo que determina si la persona estuvo sometida a más o menos estrógenos durante el embarazo (define la propensión a engordar).
Según Chicurel, es una ruta distinta para llegar a un fin similar.
Secretos de naturaleza
Frutas y verduras además de ser la base de una alimentación sana, sirven para preparar remedios caseros. Cada día más estudios demuestran la base científica de alguno de estos alimentos sanadores. Estos son los más novedosos.
•Canela: ideal para diabéticos tipo II. Potencia la actividad de la insulina y mejora el metabolismo de la glucosa. Un estudio del Departamento de Agricultura de EE.UU. mostró que quienes la consumieron por 40 días, bajaron su glicemia, triglicéridos y colesterol. Por eso, se recomienda espolvorear canela a diario sobre comidas y bebidas, aunque si se consume en cápsulas el efecto es mayor.
•Arándanos rojos: Tienen compuestos que bloquean la bacteria E coli, lo que reduce las enfermedades urinarias.
•Cítricos: la vitamina C (limón, naranjas, kiwis) además de ser un excelente cicatrizante, favorece la síntesis de colágeno. También mejora cicatrices y moretones. La ralladura de limón, por ejemplo, baja la presión y tiene efectos antihipertensivos.
Publicado el 19/05/11
Fuente: Revista Caras
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