La obsesión por las cirugías plásticas en China está causando daños irreparables

Wang Baobao tuvo su primera cirugía plástica cuando tenía 16 años. ésa llevó a otra y a otra y a otra. Luego tuvo cirugías consecutivas, más las reparaciones para los procedimientos que no quedaron bien la primera vez.

Wang, hoy de 28 años, calcula que ha tenido entre 170 y 180 operaciones distintas, generalmente seis o siete a la vez, y en "casi cada parte de mi cuerpo".

Se agrandó los ojos para verse más occidental, se estilizó la nariz, la mandíbula y se achicó la barbilla. También se aumentó los pechos, pero "tuve que operármelos varias veces para arreglarlos". Además se hizo una liposucción de caderas, muslos y estómago.

Wang, si bien es un caso extremo, es en muchas formas una figura emblemática de la nueva y creciente obsesión de China con la cirugía plástica. Muchos ahora piensan que la locura llegó muy lejos, cuando cada vez más médicos sin licencia ni especialización entran a una industria muy lucrativa, aunque poco regulada.

Los problemas salieron a la luz el mes pasado cuando la cantante de 24 años Wang Bei murió en el quirófano en la provincia de Hubei, en el centro del país, mientras se hacía un lifting facial junto con su madre.

Alrededor de 3 millones de personas en China se hicieron una cirugía plástica el año pasado, de acuerdo con cálculos oficiales. Y el país figura en el tercer lugar en el mundo después de Estados Unidos y Brasil por el número de cirugías plásticas realizadas, según fuentes de la industria.

Sin embargo, un experto califica esa cifra como "conservadora". Li Qingfeng, cirujano plástico y también subsecretario de la Asociación China de Plástica y Estética, señala que su hospital en Shanghai atiende alrededor de 100 mil pacientes cada año, y toda la urbe podría recibir cerca de 300 mil anualmente.

"La mayoría de las personas no se operan en hospitales con regulación oficial", puesto que muchos pacientes acuden a salones de belleza u otros centros no regulados.

Si bien los hospitales estatales se atienen a estándares más estrictos con médicos experimentados, no se puede decir lo mismo de estos "hospitales negros" y otros centros privados, indican varios expertos. "Esos privados hacen operaciones en secreto, algunos de los médicos carecen de ética y su único objetivo es ganar dinero", dice Zhou Xiaolin, cirujano jefe (jubilado) del Hospital de Cirugía Plástica de Beijing.

Historia sin fin

La búsqueda de la perfección fue lo que llevó a Wang Baobao por su interminable camino de cirugías.

Ella era una aspirante a bailarina en la provincia de Heilongjiang, al noreste del país, cuando decidió operarse los ojos. "Quería que fueran más bellos", recuerda. "Pero la tecnología no fue lo suficientemente buena. Como tampoco la habilidad de los médicos. Por lo tanto, seguí necesitando más operaciones".

A pesar de la mala experiencia, decidió agrandarse las mamas. Pero el médico utilizó hidrogel de poliacrilamida, el que hace dos años fue prohibido como implante mamario en China cuando se confirmó que causaba infección y deformación.

Con el correr del tiempo, señala, sus amigos y vecinos ya no la reconocían y sus colegas en una firma de corretaje bursátil de Shanghai se reían a sus espaldas. Así que se fue e inició un negocio de acciones en forma independiente desde su casa. Y hace dos años, su novio finalmente la dejó.

Ahora, Wang dirige un sitio web que busca difundir la realidad y peligros de las cirugías plásticas.

Wang confiesa que lamenta haber tenido aquella primera operación cuando era una adolescente, porque después de gastar más de US$ 600 mil, "los efectos no son muy buenos y en todo mi cuerpo tengo demasiadas cicatrices".

Por eso no duda en dar consejos a las jóvenes que estén considerando mejorar su apariencia. "No se hagan ninguna cirugía plástica", advierte. "éste es un cuento de nunca acabar. Jamás podrán volver atrás".

Publicado el 15/08/11
Fuente: El Mercurio


Contacto: contactenos@adelgace.cl
Celular: +569 7497 6497 / Santiago de Chile