Comer juntos comienza a recetarse como parte de una terapia familiar

Desde la comunicación hasta los problemas de sobrepeso y obesidad mejoran al sentarse a la mesa, según psicólogos y pediatras. En Estados Unidos la preocupación por este tema incluso llevó a crear una campaña para que los lunes sean los niños los encargados de cocinar.

Amalia Torres
Menos de la mitad de los escolares chilenos de entre octavo y cuarto medio come todos los días con sus padres o apoderados. Según una encuesta realizada por Conace (actual Senda), el 45% de ellos dice seguir esa práctica, mientras que el 7% reconoce jamás comer en familia.

"Ya cuesta que venga toda la familia junta a la sesión psicológica, porque cada uno funciona con sus horarios; entonces comer juntos les parece casi imposible", dice la psicóloga del Centro Familia Educa, Daniela Becerra.

Sin embargo, ella, como otros expertos en familia, defiende el valor protector de compartir una comida. "Genera diálogo, permite hablar de la contingencia personal y crea la imagen de que discutir es algo productivo, no conflictivo. Por eso muchas veces a las familias les damos como tarea sentarse a comer juntos, sobre todo para las que tienen problemas de comunicación u organización".

Al escuchar lo que la especialista les pide, la reacción general de estos pacientes es de sorpresa. "Es como un balde de agua fría. Les cuesta mucho, porque el comer juntos implica organizarse, respetar acuerdos. Es un cambio de las rutinas individualistas".

Dime cómo comes...

La "tarea" que les entregan varios psicólogos a las familias que los visitan no le es ajena al doctor Francisco Moraga, presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría. "Nosotros lo recomendamos en las consultas. Al comer con el niño se establecen pautas que permiten que se sienta parte de la familia, lo que es muy valioso porque así le será más fácil hablar más tarde de temas que le aquejen, como tabaquismo o sexualidad. En el fondo, en la mesa se entregan habilidades para la vida". La Universidad de Columbia ya lo demostró en una investigación: los niños y jóvenes que comen con sus padres tienen menos probabilidades de consumir drogas.

Por esa y otras cualidades, el doctor Moraga es enfático al recomendar que cuando la guagua ya no tiene restricciones de comida, lo mejor es que coma lo mismo que el resto de la familia, en el mismo lugar y horario. "Todos deben adecuar sus tiempos para lograr este momento de unión".

Un momento que según el experto, además de lograr fortalecer al hijo psicológicamente, también permite prevenir la obesidad. "Al comer en familia se logra un mayor control de los consumos fuera de horario, y lo que se come suele ser de mejor calidad". Investigaciones apoyan su argumento: un estudio realizado por la Universidad Estatal de Washington demostró que los niños que cenan en familia tienen hábitos alimentarios más saludables, y consumen mayor cantidad de vitaminas B, E, calcio y fierro. Otro, de la U. de Minnesota, demostró que las adolescentes que tienen este hábito instaurado son menos propensas a sufrir desórdenes alimentarios.

¿Bandeja frente al televisor o todos juntos en la mesa? ¿En silencio o compartiendo las experiencias del día?

Según la psicóloga Daniela Becerra, la forma que tiene cada familia para alimentarse es una especie de radiografía que ayuda a entender cómo funcionan. "Ahí se ven desplegadas todas las problemáticas. Desde cómo ponen la mesa, hasta cómo se comparte en ella habla de dinámicas familiares".

En Estados Unidos la preocupación por comer en familia va en aumento. Tanto, que hay decenas de blogs acerca del tema y el año pasado se creó la campaña "The Kids Cook Monday" (los lunes cocinan los niños) para fomentar comer en familia.

La campaña, organizada por el proyecto The Monday Campaigns en asociación con las universidades Johns Hopkins, Columbia y Syracuse, busca conquistar a todos los integrantes de la casa. Para ello en su página web ( www.thekidscookmonday.org ) se pueden encontrar distintas recetas (una nueva cada lunes), divididas según la edad de los niños.

"La idea es comenzar cada semana cocinando y comiendo en familia. Cuando los niños ayudan en la cocina, exploran la comida que estará en su organismo. Cocinar desde pequeños les enseña sobre nutrición y porciones adecuadas. Además, permite realizar una actividad en familia con deliciosos resultados", dice a "El Mercurio" Joanna Lee, una de las encargadas de la campaña. La idea ya está siendo replicada en Canadá bajo el nombre "Better Together" (mejor juntos).

Por su parte, la organización Time at the Table (tiempo en la mesa), también de Nueva York, organiza desde clases de cocina para niños hasta clubes gastronómicos para adultos mayores, todo buscando el mismo objetivo: que el comedor se transforme en el lugar de reunión.

Billy Mawhiney, creador de Time at the Table, asegura que éste es el instante para cambiar. "Las crisis económicas son momentos en que la gente cambia sus intenciones. Tienden a mirar a su alrededor y reorientar su energía hacia donde sea más útil. Por eso nosotros creemos firmemente que no hay mejor momento que ahora para empezar a pasar más tiempo en familia".

Grace Freedman, cofundadora del blog www.blogforfamilydinner.org , agrega que las excusas para no cocinar -como falta de tiempo y escasas habilidades culinarias- pueden desaparecer siguiendo tres simples pasos. "Primero, haga un plan. Hable con su familia y decidan cómo cada uno puede ayudar. Segundo, comience de a poco. Las primeras veces intente agendar tres comidas a la semana. En tercer lugar, no espere la perfección. Empezar puede ser difícil, pero tómelo con relajo e intente pasarlo bien".

64% de los adolescentes que comen en familia con regularidad obtienen con frecuencia notas A y B (excelentes y muy buenas).

Una de cada cuatro comidas son consumidas en el auto, según datos de la organización Time at the Table.

49% de los estudiantes chilenos reconocía en 2001 comer siempre junto a sus padres. En 2003 la cifra disminuyó a 45%, según Conace.

Una de cada cinco familias estadounidenses nunca o rara vez come junta, según datos de Pew Research.

¿Por qué cocinar con los niños?

Los ayuda a desarrollar el paladar y a disfrutar con alimentos frescos e integrales.

Cuando los niños cocinan, tienden a comer más y a reclamar menos.

Desarrollan habilidades motoras, mejoran la lectura, entienden las fracciones y aprenden sobre otras culturas.

Las comidas hechas en casa tienen, por lo general, menos calorías y más nutrientes que las comidas envasadas.

Pasta para chefs de 4 a 7 años

Ingredientes: (6 porciones)

450 gr de tallarines
integrales
1 palta
2 dientes de ajo picados
Jugo de un limón
1/2 taza de cilantro
Sal

Preparación:
Adultos: en una olla ponga la sal y el agua hasta que hierva. Prepare los tallarines como indica el paquete.
Niños: moler la palta en un bowl con un tenedor o cuchara de palo.
Juntos: unir la palta molida con el ajo picado hasta que la salsa se vuelva suave.
Niños: exprimir el limón sobre la pasta.
Adultos: revolver los tallarines con el cilantro y sazonar con sal.
Información nutricional: cada porción tiene 323 calorías.
Fuente: Thekidscookmonday.org

Publicado el 14/11/11
Fuente: El Mercurio


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