Dieta Mediterránea a la chilena
Algunos estudios han comprobado que este tipo de dieta está asociada a menores tasas de enfermedades crónicas y a una mayor expectativa de vida.
El interés por conocer las características y beneficios de la dieta mediterránea ha aumentado notoriamente en nuestro país. Algunos estudios han comprobado que este tipo de dieta está asociada a menores tasas de enfermedades crónicas y a una mayor expectativa de vida.
Al ser destacada como una dieta saludable, la dieta mediterránea, que se caracteriza por un alto consumo de frutas y verduras, de pescados y mariscos en lugar de las carnes rojas, gana cada vez más adeptos en el mundo. Esta incluye consumo frecuente de cereales integrales y legumbres, de aceite de oliva y una moderada cantidad de vino tinto con las comidas.
Según explica Erwin Núñez, académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, algunos estudios han comprobado que este tipo de dieta saludable está asociada a menores tasas de enfermedades crónicas y a una mayor expectativa de vida. Sin embargo, la dieta chilena ha sufrido muchas variaciones producto del ritmo de vida que principalmente se desarrolla en las ciudades, donde se opta por comer fuera de casa.
Dieta a la chilena
"Sabemos que la oferta del mercado no es muy generosa en volúmenes de verduras, frutas y pescados y, en general, tampoco se respetan los tiempos de comidas en casa", asegura el experto. Lo que si es una ventaja de nuestro país, complementa, es que contamos con una gran variedad de alimentos vegetales, frutas y una excelente disponibilidad de productos del mar, por lo que generar pequeños cambios en nuestros hábitos de alimentación posibilitaría acceder a todos los beneficios asociados a la dieta mediterránea, pero a la chilena.
"Adoptar una variante chilena de la dieta mediterránea consumiendo con mayor frecuencia alimentos característicos de esta, no debiera ser una esfuerzo sino un cambio de hábito progresivo y permanente en el tiempo", dice Erwin Núñez. Para ello, recomienda comenzar a aumentar el consumo actual de frutas y verduras alcanzando 5 o más porciones entre ambas.
El nutricionista sugiere, además, aumentar el consumo de pescado, cuidando el tipo de preparación de éste, en lo posible no ingerirlo frito, sino al horno, cocido o en cebiche. Lo mismo con los mariscos evitar comerlos solo en empanadas o preparaciones poco saludables. Finalmente la ingesta de cereales integrales, por lo menos una vez al día también forma parte de la dieta mediterránea a la chilena.
Publicado el 10/06/11
Fuente: La Segunda
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