Diálogo positivo: una pieza clave en el rompecabezas de la pérdida de peso

Hace un tiempo fui entrevistada por un canal de noticias acerca de una "nueva" estrategia para perder peso. La idea va un poco más allá de "pensar en forma delgada", que se centra en el cambio de comportamiento al momento de la elección de alimentos, algo más parecido a "creer en tu forma más delgada". Se trata de un ajuste de actitud. Si usted dice y cree que es una persona sana y activa que come bien, entonces es mucho más probable que se comporte como tal y los comportamientos saludables, a su vez, la ayudarán a llega más rápido a su meta.

La psicología de la pérdida de peso se centra en la transferencia de un enfoque de la alimentación, como la determinación de qué es lo que lleva a comer en exceso, además de cómo reemplazar los malos comportamientos con los buenos. También significa que debemos enseñarle a nuestra voz interna a "hablar bonito", cosas positivas de uno mismo.

El nuevo giro de esta psicología, va un paso más allá. Es más que creer que tenemos lo necesario para alcanzar nuestras metas de pérdida de peso, en realidad nos dicen que ya estamos ahí.

El razonamiento es así, si constantemente nos dicen que estamos gordos y perezosos, es casi un hecho que vamos a hacer ese papel. Pero si nos imaginamos a nosotros mismos como saludables y activos, es más probable que nos comportemos como personas sanas. Comeremos mejor, haremos más ejercicio y cambiaremos la imagen de nosotros mismos por algo más positivo.

Por supuesto, el diálogo interno positivo no va a conducir a la pérdida de peso por sí solo, pero es una pieza importante para el complejo rompecabezas de control de peso, porque junto con el ajuste de actitud, el control de peso también significa aprender nuevas habilidades, como la cocina saludable y conteo de calorías, encontrar tiempo para hacer ejercicios y el aprendizaje de conductas alimentarias nuevas y sanas.

Por lo tanto, como te sientas respecto a ti mismo es muy importante, es algo más que el número de calorías que has consumido o cuántos pasos has dado. Se trata de una palmadita en la espalda por tus esfuerzos y darnos cuenta de cuánto más saludable y fuerte se siente el resultado.

Pero a veces somos nuestro peor enemigo. Nos decimos que nunca hemos sido capaces de perder o que el ejercicio es muy difícil, y cuando nos equivocamos, es aún peor. Entonces es "soy un fracaso", "no tengo fuerza de voluntad" o "soy un perezoso". Tenemos la tendencia a centrarnos más en lo negativo ("comí demasiado al almuerzo") y menos en lo positivo ("me demoré menos en caminar esta mañana").

Hay un viejo dicho que dice "no te digas nada que no le dirías a alguien más". Si uno de tus amigos se quejó de que estaba teniendo dificultades con su peso, no le dirías que es flojo o que nunca va a alcanzar sus metas, ¿verdad? Entonces, ¿por qué te lo dices a ti mismo?

Aprende a darte aliento así como lo harías con tus amigos, porque cuando se trata de la pérdida de peso, si te dices que puedes, es mucho más probable que suceda.

Publicado el 09/12/11
Fuente: Biut


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