Trastornos alimentarios se ocultan y crecen entre las mayores de 40 años
Según un estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry.
las personas que cuentan con historial de alcoholismo en la familia tendrían una mayor predisposición a comer comidas más calóricas.
Andrea Manuschevich
El marido de María Elena (42) nunca supo que ella sufría síntomas restrictivos desde la adolescencia. Pero hace tres años los afectó una crisis familiar cuando él se enfermó y tuvo que dejar de trabajar. Lo anterior le significó una gran presión laboral a ella, al igual que el enorme peso de cuidar de él y los niños. Los atracones de dulces que tenía a escondidas la aliviaban por un rato, pero después sentía vergüenza y culpabilidad. También subió de peso, lo que más rabia le daba, ya que reconoce que cuando era joven podía contenerse o compensar los excesos de comida con vómitos. Después de esto, decidió pedir ayuda.
Aunque se suele asociar a los trastornos alimentarios con la adolescencia, casos como el de María Elena no son nada fuera de lo común. De acuerdo con un artículo publicado en The New York Times, cada vez se ven más desórdenes como la anorexia y la bulimia entre mujeres mayores de 40 años en Estados Unidos.
En Chile, el panorama no es muy distinto. Aunque no existen cifras ni estudios al respecto, los especialistas concuerdan en que ha habido un incremento en los últimos años.
Delgadas y perfectas
"Va de la mano con el cambio social", explica Evelyn Muñoz, nutricionista y académica de la Universidad Andrés Bello. "Las mujeres ahora se preocupan cada vez más de tener un peso adecuado y una imagen atractiva". Según la experta, desde que el género femenino se insertó con mayor fuerza en el mundo laboral, en los 90, los trastornos alimentarios traspasaron la barrera y dejaron de ser algo exclusivo de la adolescencia y juventud.
"Lo más probable es que se estén pesquisando más porque hay más centros de nutrición y las pacientes de esa edad están consultando más también", opina Isabel Errandonea, nutrióloga de la Clínica Las Condes. "Hace 40 años no existía la tendencia de relacionar el éxito con ciertos patrones físicos como la delgadez".
Las pacientes adultas con trastornos alimentarios se dividen en dos grupos. Aquellas que debutan en esta etapa de la vida -las menos frecuentes- y las que arrastran una anorexia o bulimia desde la adolescencia, explica Daniela Gómez, psiquiatra y director médico del Centro Aida. "Pueden llevar años con el desorden, pero no lo consultan hasta que esto les causa problemas con la pareja o en el trabajo o bien nunca se dieron cuenta ni le vieron la gravedad".
Y estas últimas son las más complicadas de tratar. "Como llevan tantos años con el desorden es difícil que tomen conciencia. Además, hay un mayor manejo y control de éste", agrega Lilian Urrutia, psiquiatra especializada en desórdenes de la alimentación.
Más que la anorexia o la bulimia, los desórdenes más frecuentes en las adultas son los parciales, como los atracones. "Comen grandes cantidades de comida sin control, sin necesariamente tener hambre, pero sin purga (sin vómito)", añade la doctora Errandonea. Agrega que después de estos episodios aparecen la angustia, la soledad y la pena.
"Tuve una paciente que se comía las colaciones de los niños en la noche a escondidas", cuenta Verónica Irribarra, nutrióloga de la Clínica UC San Carlos de Apoquindo. Según la experta, ni el marido ni los hijos se enteran de estos trastornos, por lo que es difícil que alguien dé la alerta y las lleve donde un especialista. "Si una mujer no quiere ir a una consulta médica, simplemente no va a ir".
En secreto
Los trastornos alimentarios en las adultas son más difíciles de detectar. Su mayor capacidad para ocultarlos y el hecho de que la ausencia de menstruación puede disimularse con la menopausia vuelve la enfermedad más íntima.
Publicado el 01/04/11
Fuente: El Mercurio
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