Articulos Relacionados / Adelgace.cl

Falta de ejercicio y una dieta alta en grasa y calorías son las causas de que los niños tengan exceso de peso.

En la actualidad, el estilo de vida propicia que la mayoría de las actividades familiares giren alrededor de la TV, los juegos de video y la comida de preparación rápida. Esas costumbres han traído como consecuencia un alto índice de obesidad infantil.

La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (AACPA) reporta que entre el 16% y el 33% de menores de este país son obesos. Este problema causa anualmente un promedio de 300 mil muertes y un costo de 100,000 millones de dólares.
Esta situación es más grave entre la población latina que radica en Estados Unidos.

Investigaciones de la Asociación Americana del Corazón (AHA) indican que hay más niños latinos gordos que de otros grupos raciales, como blancos y afroamericanos. Los niños latinos obesos alcanzan un 17.4% y un 13.7% las niñas de esa misma raza de entre 6 y 11 años. Los adolescentes también superan a los grupos raciales mencionados en las edades de 12 a 17 años. Los muchachos alcanzaron un porcentaje de 14.6% y la jovencitas un 13.7%.

Existen diferentes factores que propician la obesidad entre los latinos. En primer lugar, se ha comprobado que su dieta se modifica al llegar a este país. Tienden a consumir grandes cantidades de pan dulce, galletas saturadas de grasa, hamburguesas, papas, cebollas, tortillas fritas y muchas bebidas gaseosas. Son pocos los que consultan las etiquetas de los alimentos para elegir los que contienen menos grasas y calorías.

Según el doctor Richard Strauss, director del Departamento de Control de Peso Infantil de la Escuela de Medicina de New Jersey, los niños con sobrepeso rebasan en 25 libras su peso ideal. A quienes tienen 40 ó 50 libras de más se les considera obesos.

Para asegurarse en qué condición se encuentran sus hijos, es conveniente consultar con su doctor. Es también importante que siga las instrucciones de la Asociación Americana del Corazón, que recomienda hacerse un chequeo para conocer el factor de grasa del cuerpo. Para ello, multiplique el peso de su hijo por 705, divida el resultado entre su estatura en pulgadas, divida otra vez el resultado entre su estatura en pulgadas y obtendrá el factor de grasa en su cuerpo.

Causas

De acuerdo con el doctor Strauss, la mayoría de los niños pasan más tiempo inactivos. Durante el día apenas se mueven y cuando lo hacen es sólo para caminar despacio.

Otro factor que influye en la gordura de los infantes son los hábitos alimenticios de la familia. En la mayoría de los casos, se ha visto que los niños obesos tienen familiares que también lo son. Según la AACPA, los hijos de un padre obeso tienen un 50% de probabilidades de seguir esa tendencia cuando sean adultos y un 80% si sus dos padres son obesos.

Además de llevar una dieta deficiente y de historia familiar de obesidad, otros elementos que causan este problema son: comer en exceso y rápido, falta de ejercicio, enfermedades endocrinas o neurológicas, consumo de ciertas medicinas, vida estresante, problemas familiares, baja autoestima, depresión y maltrato.

Los tiempos en que los niños pasaban la mayor parte del día jugando al aire libre han quedado muy lejos. Hace 20 años en la televisión sólo se veían cinco canales y los chicos preferían estar afuera, jugando. Ahora la casa cuenta con más de 60 canales de televisión, computadoras y juegos de videos y el refrigerador está repleto de comida "chatarra" y bebidas dulces.

Hoy los padres tienen que trabajar varios turnos para ganar el sustento y prefieren que sus hijos no salgan por razones de seguridad.
De esa forma, los niños se han convertido en buenos consumidores y están acostumbrados a obedecer los mensajes recibidos por las grandes cadenas de servicio rápido o compañías de la industria alimenticia.

Eric Schlosser, autor del libro Fast Food Nation: The Dark Side of All-American Meal, señala que hace 25 años las grandes campañas publicitarias no incluían a los menores en sus mensajes. En cambio, ahora son su blanco principal.
Esos consorcios han creado diferentes estrategias para captar el consumo infantil. Se valen de áreas de juego en sus locales, juguetes de moda, colores, las llamadas happy meals y otros.

"Por otra parte, la mayoría de las veces los padres acceden a comprar esos productos, aun a sabiendas de que no son saludables", explica el autor. "El trabajo de los padres los obliga a pasar mucho tiempo fuera de casa, esas circunstancias les crean complejos de culpa que los hace acceder a las demandas de sus hijos".

Schlosser dice: "El típico niño americano pasa más tiempo viendo televisión que haciendo otra cosa, excepto dormir. En un año ve más de 30 mil comerciales y muchos de ellos tienen una televisión en su cuarto".

La obra Fast Food Nation: The Dark Side of All-American Meal es un buen recurso para descubrir qué hay detrás de esas monumentales campañas televisivas dirigidas exclusivamente a los niños. Explica también porqué el platillo tradicional americano, la hamburguesa, es un riesgo para la salud. Y probablemente muchos querrán convertirse en vegetarianos cuando sepan que el alimento del ganado está constituido básicamente de desechos y productos carnívoros a fin de aumentar la producción de carne.

Las costumbres alimenticias también han cambiado considerablemente en los últimos 20 ó 30 años. La tercera parte de las comidas se hacen fuera de casa, y como se mencionó antes, se sirven grandes porciones con alto contenido de grasa. El consumo de bebidas gaseosas ha aumentado de 19 galones al año por persona en 1964, a más de 50 galones en la actualidad.

Los menores que a temprana edad acostumbran su paladar a la grasa, azúcar y harinas refinadas, van en camino de contraer enfermedades serias, como problemas cardiacos, alta presión, diabetes, alto colesterol, problemas respiratorios y para conciliar el sueño.

Revisión de hábitos alimenticios

"Mientras los menores no aprendan a disfrutar de vegetales, frutas, granos enteros y aumenten sus actividades físicas, es difícil que haya logros para reducir su obesidad", dice el doctor Strauss. "Ese problema atañe a toda la familia y es importante limitar el tiempo que se pasa frente a la televisión, la computadora o los juegos de video".
También es importante que los padres revisen sus hábitos alimenticios y que apoyen a los menores en lograr una reducción de su peso. El proceso será más rápido y fácil si la familia ayuda.

El cambio más fácil para lograr una dieta saludable es la limitación de grasa. Antes de optar por una dieta, consulte con su médico. Las dietas para menores son diferentes a las de los adultos.

Incremente las actividades familiares al aire libre. Salga con su familia a las montañas, a la playa o al parque; haga que los niños caminen y corran. Si es posible, inscriba a sus hijos para practicar un deporte o danza, en clubes de montañismo o para practicar el ciclismo. Si su presupuesto o su tiempo son limitados, organice sesiones de ejercicios en su casa, se puede correr en un mismo lugar.

Sustituya los antojos "chatarra" con zanahorias, jícamas, pepinos, que no tienen una gota de grasa y sí mucha fibra.
Antes de la comida, prepare a la familia una ensalada con verduras crudas. Ayudará a disminuir el hambre y a consumir menos cantidad de comida. Sustituya los aderezos por jugo de limón y unas gotas de aceite de oliva.

Recuerde que se puede cocinar con muy poca o nada de grasa. El aceite no mejora el sabor de los alimentos.

Los padres que comen saludablemente son excelentes modelos para sus hijos.

En detalle

Medidas para controlar la obesidad.

Para la AACPA es necesario que los niños y su familia lleven un programa de control de peso para combatir la obesidad. Entre sus medidas destacan:

· Cambio de hábitos alimenticios, comer más despacio.
· Desarrollo de nuevas rutinas y consumo de alimentos no grasos. Evitar comidas rápidas o "chatarra".
· Reducir las porciones y consumir menos calorías.
· Incrementar la actividad física, especialmente caminar, tener un estilo de vida activo.
· Saber qué come el niño en la escuela, es común que ahí se vendan alimentos grasos o azucarados.
· Hacer comidas familiares en lugar de cenar enfrente de la televisión.
· No usar la comida como premio.
· Limitar los antojitos, refrescos, comida de preparación rápida.
· Evitar el uso de píldoras para perder peso.
· Asistir a un grupo de apoyo.

Lourdes López
Redactora de La Opinión Digital