Psicologia y Obesidad

La obesidad no solamente influye negativamente en la salud del cuerpo, también actúa negativamente en la salud mental de la persona que la padece.

En un obeso hechos tan simples como subir o bajar de un automóvil, agacharse a recoger algo, o ir a comprar ropa, suponen un esfuerzo extra o una frustración que se repite cada día y que en algún momento pueden llegar a afectarle psicológicamente.

Además de los tratamientos realizados por médicos y nutricionistas, es importante que el paciente visite la consulta de un psicólogo y descubra si su problema va más allá de una inadecuada alimentación.

Más que un problema físico

Uno de los factores que retroalimenta el problema de la obesidad es la pérdida de la autoestima. Esta se va haciendo cada vez más intensa y como consecuencia se cae en un estado depresivo, lo que baja aun más la autoestima, aumentando cada vez más la depresión. Algunas personas tratan de compensar dicho sentimiento usando la comida como paliativo, pero este falso remedio aumenta la angustia, creándose un círculo vicioso muy difícil de superar sin ayuda.

El obeso también experimenta problemas de adaptación social.

En la sociedad actual la persona con sobrepeso no es aceptada, y si es mujer el rechazo suele ser mayor.

A nivel laboral el obeso también tiene problemas ya que a muchas empresas no les interesa el conocimiento y virtudes de sus empleados sino su apariencia física.

El rechazo social lleva al aislamiento. Y nuevamente el obeso recurre a la comida para reconfortarse, lo que hace más grave el problema.

La ayuda profesional

Como se ha visto, el aspecto sicológico es fundamental para facilitar la baja de peso. La atención profesional puede ayudar al paciente a manejar la ansiedad, utilizar positivamente los estados emocionales y mejorar la autoestima.

Por ejemplo, en muchos casos, los atracones se producen cuando se siente malestar emocional debido a algún problema. En esos casos, la comida produce alivio momentáneo y saca de la mente el problema en cuestión. La ayuda del psicólogo consiste en hacer que las personas se enfrenten a sus conflictos y manejen su malestar emocional de forma más adaptativa y menos perjudicial para sí mismas, enseñándoles las habilidades necesarias para ello.

Un psicólogo no se encarga de elaborar dietas pero si puede enseñar a su paciente las habilidades psicológicas necesarias para tener éxito con un régimen y mantener el peso a través del tiempo.

Cuando la obesidad trae aparejados problemas de alimentación, como atracones incontrolables seguido de sentimientos de culpa y depresión, uso de laxantes o vómitos tras los atracones, obsesión con la comida, depresión y sentimientos de auto-desprecio por temas relacionados con la comida y las dietas, también se recomienda la ayuda de un psicológo.

El profesional puede ayudar al obeso a mantener un comportamiento alimentario normal, estabilizar su estado de ánimo, autoestima y malestar emocional en general, y luego orientar respecto al logro de objetivos respecto a su peso: adelgazar y mantener una dieta.

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