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ACTUALIDAD
NOTICIOSA |
BALANCEAR
LA DIETA ES EL SECRETO |
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Los
avances de la ciencia nos han llevado a entender que
una mala nutrición es la causante de muchas enfermedades
y el día de hoy sabemos que la adecuada nutrición
es la referencia entre la salud y la enfermedad.
Es
necesario entender que cada una de las células
de nuestro cuerpo necesita un aporte equilibrado de
nutrientes para que el organismo en su conjunto funcione
en armonía.
El objetivo de un programa alimentario es mejorar el
estado de salud -físico y psíquico- y
prevenir la aparición de enfermedades metabólicas
como el aumento de colesterol, la obesidad y la diabetes.
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El organismo
necesita energía para conservar sus procesos normales
y cubrir las demandas originadas por las actividades y el
crecimiento.
Por lo tanto, los requerimientos energéticos variarán
según el tamaño de una persona, el sexo, la
edad, el metabolismo basal (consumo de energía mínimo
en reposo), de las diferentes actividades y de la temperatura
ambiental. Esas fuentes de energía son las proteínas,
los hidratos de carbono y la grasas.
Los fundamentos
de este tipo de organización nutricional y alimentaria
no se establecieron caprichosamente, sino que están
sustentados científicamente.
Uno
de estos pilares es el cumplimiento de las leyes.
Según
estas leyes, la dieta debe ser completa.
La alimentación diaria debe contener los tres macronutrientes
esenciales: proteínas, hidratos de carbono (azúcares)
y grasas, acompañados de una buena proporción
de aminoácidos esenciales (aquellos que no puede sintetizar
el propio organismo), minerales, vitaminas y agua.
Comiendo verduras y frutas frescas de todos los colores, e
incluyendo los aceites, que contienen cantidades importantes
de vitaminas y antioxidantes, no es necesario tomar ningún
tipo de suplementos que contengan estas sustancias.
Desde
hace algunos años, se sabe que las células,
en su metabolismo, fabrican moléculas tóxicas
de oxígeno, denominadas radicales libres, que tendrían
un papel preponderante en el envejecimiento y el origen de
algunas enfermedades. Estos radicales libres se verían
contrarrestados por los betacarotenos, presentes en zanahorias,
calabazas, y otros vegetales de color rojo y naranja. También,
por la vitamina C, presente en las frutas, preferentemente
las cítricas y verduras, que actúa como preventivo
de ciertos cánceres y de las enfermedades cardiovasculares.
Las principales
fuentes de proteínas son las carnes blancas, pollo,
pescado, conejo, marisco, langosta, las carnes rojas, vaca,
res y el huevo, especialmente las claras. También los
lácteos.
La importancia
del consumo de proteínas radica en el hecho de que
aportan los aminoácidos esenciales, es decir aquellos
que el organismo no puede producir por sí mismo, indispensables
para formar tejidos nuevos.
También
existen proteínas en los vegetales, pero aquéllas
de origen animal son las más completas, pues son las
que aportan esos aminoácidos esenciales y el hierro.
Si bien existen vegetales que tienen hierro, éste no
se absorbe de la misma manera que el que se encuentra en alimentos
de origen animal; no es un hierro hémico, es decir
destinado a la formación de hemoglobina, Pero con consumir
carnes dos veces por semana es suficiente. El mayor problema
radica en las mujeres en período fértil, ya
que durante la menstruacion se pierde mucho hierro y puede
llevar a la anemia. El hierro también es indispensable
en los niños y adolescentes en período de crecimiento.
Una alimentación
estrictamente vegetariana es insuficiente. En cambio, si se
complementa con el consumo de huevos y lácteos, las
necesidades de hierro estarían cubiertas. Además,
existen en el mercado, leches enriquecidas con este mineral.
Otro macronutriente
indispensable son los hidratos de carbono o azúcares.
Son los que proporcionan la energía necesaria para
trabajar. Los hidratos de carbono se encuentran en los cereales,
el arroz, trigo, avena, cebada y centeno, las pastas, las
papas, las leguminosas. También las frutas, verduras
y hortalizas que, además, son ricas en fibra, y más
aún, si se comen con cáscara.
La fibra,
además de dar saciedad, ayuda a movilizar adecuadamente
al intestino, ya que al no poder ser digerida, atraen agua
hacia el intestino y aceleran el tránsito de los residuos
alimenticios. Por eso es recomendable para contrarrestar los
divertículos y prevenir el cáncer de colon,
y para evitar que el organismo absorba el exceso de grasa
con el consiguiente descenso del colesterol sanguíneo.
Se puede
agregar avena o salvado de trigo a las milanesas, albóndigas,
o elegir panes que los incluyan en su fabricación.
Las grasas,
forman el tercer grupo de macronutrientes. Proporcionan más
del doble de energía que los hidratos de carbono y
las proteínas a igualdad de peso. Por lo tanto son
una fuente concentrada de calorías. Pero los requerimientos
básicos son muy pocos, y están limitados al
aporte de tres ácidos grasos indispensables, el ácido
linoleico, linoleínico y araquidónico. La carencia
de éstos en la alimentación de los niños
origina desde piel escamosa hasta alteraciones en el crecimiento.
El aceite
de oliva y los pescados son ricos en ácidos grasos
monoinsaturados, en ácido graso omega tres y omega
seis.
Estos
actúan como antioxidantes, protegiendo contra el envejecimiento
de las arterias y, por lo tanto, retrasan la arterioesclerosis.
De acuerdo con su estructura química, las grasas pueden
ser saturadas, mono y poliinsaturadas.
Si bien
es conveniente disminuir al mínimo posible el consumo
de grasas, no se debe exagerar, ya que a partir del colesterol
se sintetizan varias hormonas.
Además de completa, la dieta diaria debe ser suficiente;
es decir, que la alimentación debe satisfacer los requerimientos
orgánicos y psíquicos de cada persona, en forma
individual y precisa.
Y como
si esto fuera poco, la ingesta deberá ser adecuada
y agradable. O sea que deberá responder a los gustos,
posibilidades y, sobre todo, a las necesidades individuales.
Pues no es lo mismo la dieta de un hombre adulto, que lleva
una vida sedentaria, que la alimentación de una mujer
embarazada o un niño o adolescente en etapa de crecimiento.
En esos
momentos especiales de la vida deberán consumirse todos
los macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono
y grasas) y micronutrientes (minerales y vitaminas) en buena
cantidad ya que se están formando tejidos, de lo contrario
se producirán deficiencias que se traduciran en enfermedades.
El niño
y el adolescente deberán tomar, por lo menos, tres
vasos de leche por día, ya que ése es el momento
en que se forma la matriz ósea y existe alto requerimiento
de calcio. Es, justamente, en la niñez y la adolescencia
cuando se debe prevenir la osteoporosis.
El embarazo es otra etapa especial, durante la cual se debe
balancear nuevamente la alimentación. Si bien el antiguo
consejo de duplicar la ingesta ya no es válido, se
necesita un aporte extra de calorías para que, a medida
que el embarazo avanza, el feto tenga todos los nutrientes
y calorías necesarios para formar los tejidos, y la
placenta pueda cumplir con sus funciones metabólicas
y productora de hormonas.
Aprender
a comer
No hay duda de que comer es un placer, cuando se sabe hacer.
Toda conducta
que se sostiene en un espacio de tiempo se transforma en un
hábito.
Una buena
alimentación deberá ser fraccionada, como mínimo
en tres o cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, comida
y cena).
La dieta, primeramente, deberá adaptarse a las condiciones
biológicas de cada persona, siempre será completa,
predominando la calidad sobre la cantidad.
El adecuado
balance logra las metas. Este balance se realiza alternando
en comidas consecutivas los alimentos ricos en proteínas,
hidratos de carbono, con muchas frutas y verduras, y pocas
grasas.
Todas
las proteínas deberán acompañarse siempre
de hidratos de carbono complejos -con predominio de fibras-.
Así una proteína animal puede acompañarse
con una ensalada de zanahorias, tomates y cuanta variedad
vegetal se desee. Si bien las porción de la carne será
moderada, la ingesta de verduras, ya sea crudas o cocidas
puede ser abundante.
Otro hábito
importante es beber abundante agua. Hay que aprender a enamorarse
del agua. El agua es ese líquido sin color, sin olor,
sin sabor y sin burbujas, que puede proceder de distintas
fuentes, según el ámbito geográfico y
socio-cultural.
Es muy
importante el consumo de 2 litros de agua por día para
el adecuado funcionamiento de nuestro organismo.
El cuerpo de un adulto, necesita de tres litros de agua por
día, ya que con la respiración se gastan 400
mililitros. Con la digestión, con la eliminación
de los productos de desecho por la vía digestiva y
urinaria, con la lubricación de las articulaciones
y la de los ojos y con la circulación de la sangre
se gastan 2 litros y medio.
Todo esto nos da un gasto de 3 litros de agua por día.
Los alimentos nos aportan aproximadamente 1 litro de agua,
por tal motivo debemos de tomar 2 litros para mantener en
equilibrio nuestro cuerpo.
Cuando se realiza algún tipo de ejercicio o cuando
hace mucho calor nuestro organismo requiere de un aporte adicional
de agua.
El beber agua en exceso NO es bueno ya que puede producir
trastornos como una baja de potasio y calambres.
Respecto a la técnica de beber agua, deberá
hacerse de a sorbos pequeños y distanciados, para evitar
la distensión gástrica.
También
hay que decirle adiós al salero; es recomendable disminuir
o eliminar por completo, el agregado de sal durante la preparación
de las comidas, dado que, con una dieta balanceada, los mismos
nutrientes ya aportan sodio. Sí se pueden utilizar
productos similares a la sal, pero sin sodio.
Para hacer
más apetitosa la comida el uso de condimentos es la
solución.
Y, como
broche de oro, realizar ejercicio físico moderado,
aeróbico, por ejemplo nadar, andar en bicicleta o caminar.
Este tipo
de actividad física favorece el retorno venoso al corazón,
previene la aparición de várices, da tonicidad
o firmeza a los músculos y una buena elasticidad a
los tendones.
Aunque
parezca complicado, LA CONSTANCIA se puede lograr sin demasiado
esfuerzo.
Disminuir
el tamaño de las porciones que comemos, consumir muchas
frutas y verduras, beber agua en abundancia, y conseguir un
calzado cómodo para caminar y ejercitarse, son la clave
para cumplir muchos años con una excelente calidad
de vida.
Dr. Arieh Goldberg Kalik
Derechos Reservados
arigold@obesidad.net
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