Naranja, guaraná, té verde, ácidos Omega-3, cromo, magnesio, nopal, ajo, alcachofa, cúrcuma, soja, zanahoria o achicoria son algunos de los complementos alimenticios que el nutricionista francés Michel Montignac propone como ayuda para conseguir adelgazar.
'Adelgazar con la ayuda de los complementos alimenticios' (Salsa Books) es el título del nuevo libro de Montignac que se une a los más de 20 que ya ha editado este experto sobre el mundo de la dieta y de un asunto que se ha convertido en una de las obsesiones de Occidente: perder peso para tener una bonita figura y parecer más joven.
Pero Montignac, en una entrevista con Efe, advierte de que la epidemia del sobrepeso no es exclusiva de los países ricos occidentales, y ni tan siquiera de países de economías emergentes, sino que afecta a países en vías de desarrollo donde el consumo de grasas no es muy elevado.
En su mapa de la obesidad en el mundo se puede observar que Marruecos y Estados Unidos son dos de los países con mayor índice de obesidad, a pesar de que el país africano tiene un consumo de grasas mucho menor que el norteamericano, una paradoja que Montignac explica por el alto consumo de glúcidos en el Reino alauita.
Los glúcidos -alimentos ricos en la creación de azúcares en el organismo humano- son para Montignac la fuente de todos nuestros males, porque la dificultad para asimilarlos conlleva su transformación en grasas de reserva que son las que nos hacen engordar.
El nutricionista francés rebate los argumentos de que el aumento de la obesidad en nuestra época se deba al sedentarismo y al consumo de alimentos hipercalóricos y de grasas de origen animal.
'Las estadísticas -asevera- demuestran que desde los años 60 se ha ido produciendo una disminución del consumo de calorías en las poblaciones occidentales y un aumento de la actividad física; ahora hay mucha más gente que hace deporte que hace 50 años y, sin embargo, la obesidad aumenta'.
Y aumenta sobre todo en China y en Japón, donde el índice de obesidad ha crecido un 400% desde la década de los sesenta del pasado siglo entre los niños, aunque el incremento más espectacular es el que se ha producido en China, con un 500%.
Michel Montignac explica este fenómeno por 'la adopción por parte de las nuevas clases medias chinas de la cocina occidental, sobre todo la de Estados Unidos. La política del hijo único ha conllevado que los padres mimen mucho a ese hijo único y una de las cosas que hacen es llevarlos con frecuencia a restaurantes de comida norteamericana'.
Comer bien, comer equilibrado es la receta de Montignac para adelgazar, pero que tiene el inconveniente de que hay que estar mirando constantemente el índice de glucemia de los alimentos para compensar el menú.
Montignac no cree que con su método cocinar se convierta 'en un trabajo de laboratorio' y el arte culinario devenga en una revisión constante de las tablas que incluye en su libro sobre el índice glucémico: 'Es cuestión de tiempo; cuando se aprenden cuales son los alimentos que nos ayudan a nutrirnos bien, todo es mucho más fácil'.
En Occidente, dice Montignac, son los países latinos -sobre todo España y Francia- quienes mejor resisten el incremento de la obesidad, y ello lo achaca al consumo de legumbres como los garbanzos y las lentejas, con una guinda que reserva para España: 'El aceite de oliva y el jamón de cerdo de animales criados en el campo son los mejores productos que hay para adelgazar. Yo siempre hago una dieta de jabugo cuando vengo a España'.