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Los nervios serían responsables de la obesidad


Sus nervios, y no sus hábitos alimentarios, podrían tener un papel más directo en si usted es gordo o delgado, según una investigación reciente.
Un estudio con lombrices muestra que los niveles de serotonina en el sistema nervioso influencia la alimentación y la grasa. La serotonina, un neurotransmisor, también funciona de manera independiente para controlar la ingesta y lo que el cuerpo hace con las calorías cuando se han consumido, señaló el estudio.
"Afirma que el sistema nervioso es un regulador clave que coordina todos los procesos relacionados con la energía a través de distintas vías moleculares", afirmó en una declaración preparada Kaveh Ashrafi, de la Universidad de California en San Francisco. "El sistema nervioso toma una decisión sobre su estado, lo que lleva a efectos sobre la conducta, la reproducción, el crecimiento y el metabolismo. Estos resultados están relacionados, pero no son consecuencias el uno del otro. No es que la alimentación no sea importante, sino que el control neural de la grasa es distinto a la alimentación".
Ashrafi dijo que teniendo en cuenta los orígenes evolutivos antiguos de la serotonina, se puede aplicar lo que se aprendió de las lombrices a los humanos.
"Desde un punto de vista clínico, esto podría significar que se pueden desarrollar estrategias terapéuticas para manipular el metabolismo de la grasa independientemente de la alimentación", apuntó." "Actualmente, el enfoque está principalmente en la conducta de ingesta alimentaria. Y aunque es muy importante, es sólo parte del panorama. Si la lógica del sistema se conserva entre especies, una estrategia que se enfoque solamente en la conducta sólo puede llegar hasta cierto punto. Podría ser uno de los motivos de que las dietas fracasan".
Los hallazgos fueron publicados en la edición de junio de la revista Cell Metabolism.
En su nivel más básico, la regulación de la grasa es el equilibro entre la ingesta y gasto de energía. Sin embargo, Ashrafi apuntó que la fisiología es muy complicada.
En las lombrices, la serotonina afectaba la ingesta al involucrar receptores nerviosos que normalmente no se requieren para el control de la grasa. Los subproductos de este proceso de señalización terminaron afectando el control de la conducta de ingesta, explicó Ashrafi.
En las lombrices y mamíferos, los niveles elevados de serotonina se relacionan con una reducción de la grasa, mientras que niveles bajos de serotonina llevan a la acumulación de grasa, señalaron los investigadores. Sin embargo, en las lombrices, cuando la serotonina aumenta, el deseo de comer de las lombrices aumenta al mismo tiempo que la grasa desaparece. Pero en los humanos, la serotonina elevada lleva a la gente a comer menos y a eliminar grasa.
Los efectos de la serotonina sobre la grasa y hábitos alimenticios en las lombrices corresponden con la función del mensajero de los nervios como medidor sensorial de la disponibilidad de nutrientes, afirmaron los investigadores. Cuando los recursos escasean, las lombrices aumentan sus reservas de grasa y cambian su metabolismo para ahorrar energía y dirigir nutrientes a las existencias de grasa.
Ashrafi aseguró que el papel de la serotonina para equilibrar la energía en distintas especies lo lleva a considerar que "contrapartes humanas de los genes reguladores de grasa independientes de la alimentación identificados en nuestro estudio podrían regular de manera similar el equilibrio de energía".


TERRA


Viernes 06 de Junio de 2008