El porcentaje de niños estadounidenses que son obesos o tienen sobrepeso parece haberse detenido en un nivel máximo después de mostrar aumentos durante 25 años, según nuevas cifras que ofrecen cierta esperanza a lo que es por otra parte una batalla difícil.
"Este es un primer hallazgo alentador en lo que han sido siempre noticias malas", dijo el doctor David Ludwig, director de una clínica de obesidad en el Hospital Infantil de Boston. "Pero es demasiado pronto para saber si esto realmente significa que estamos empezando a hacer incursiones significativas contra esta epidemia. Puede ser simplemente una casualidad estadística".
En general, un 32% de los menores de edad en Estados Unidos tienen sobrepeso pero sin llegar a ser obesos, 16% son obesos y 11% son sumamente obesos, según un estudio de 2005 y 2006 basado en alturas y pesos.
Esos niveles fueron casi iguales a los de 2003-04, después de un crecimiento sostenido desde 1980, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que realizaron el estudio.
"Quizás haya alguna razón para sentir un poco de optimismo", afirmó la investigadora de los CDC Cynthia Ogden, autora principal del estudio.
Algunos expertos dicen que si son reales los indicios de que la obesidad infantil dejó de crecer, podría obedecer a que hay más escuelas y padres de familia que están dando énfasis en los hábitos de alimentarse bien y hacer más ejercicio. Aun así, ellos y Ogden enfatizaron en que sería prematuro celebrar los resultados del estudio.
"Sin un declive sustancial en la incidencia, el impacto general de la epidemia infantil continuará avanzando en los próximos años", afirmó Ludwig. Eso es porque pueden pasar muchos años para que las complicaciones relacionadas con la obesidad se traduzcan en sucesos que amenacen la vida, incluso ataques cardíacos e insuficiencia renal.