Esta idea básica la expresa con claridad la nutricionista Lucía González-Moncayo: " hacer dieta no es sinónimo de sufrir hasta conseguir adelgazar los kilos que uno se haya propuesto. Es algo que debe mantenerse de por vida, modificando los malos hábitos de nuestra alimentación".
Otro concepto importante es el de la personalización. El plan debe ser personalizado, pues cada individuo tiene unas circunstancias diferentes en lo relativo a preferencias gastronómicas, peso "ideal" (depende sobre todo de la altura, edad, sexo y constitución), posibles enfermedades y otros condicionantes, como la posibilidad de hacer o no determinadas actividades físicas, inclinaciones deportivas, etc.
La tercera idea fundamental en lo relativo al adelgazamiento es que debe ser supervisado por un profesional. Teniendo en cuenta lo anterior, nos preparará un plan de alimentación y unas actividades físicas adecuadas a nuestras circunstancias. La alimentación será variada, incluyendo todos los nutrientes importantes en las cantidades necesarias.
Con la ayuda del profesional nos aseguraremos de que nuestra salud no se resentirá, sobre todo por alguna carencia nutricional, cosa que es fácil que ocurra si se sigue alguna de esas tristemente famosas "dietas milagro". Lo importante es cambiar las costumbres, no alcanzar cierto peso en una determinada fecha.
Hay que ser consciente de que todo esto nos va a costar un esfuerzo, sobre todo al principio. Será necesaria cierta fuerza de voluntad y no hay que engañarse respecto a eso. Pero si seguimos el plan, y sobre todo si lo seguimos para siempre, el premio será valiosísimo: una figura esbelta y, lo que es mucho más importante, más salud y unos años más de vida. A veces, muchos más.
