"En interesante anotar que los chicos que desayunan a diario en general llevan mucho mejores dietas y son más activos físicamente", aseguró Pereira.
El Dr. Peter Richel, jefe de pediatría del Centro Hospitalario Northern Westchester de Mount Kisco, Nueva York agregó: "Nuestros abuelos tenían razón. Cuando nos saltamos el desayuno, sobre todo en la adolescencia, tendemos a llenarnos de refrigerios todo el día".
Más de la tercera parte de los adolescentes entre los 12 y los 19 ahora tienen exceso de peso o están en riesgo de tenerlo. Y en el transcurso de las últimas dos décadas, la proporción de niños que tienen exceso de peso se ha duplicado y entre los adolescentes se ha triplicado, según la información de respaldo del estudio.
Se calcula que entre el doce y el 34 por ciento de los niños y los adolescentes dejan de desayunar continuamente, cifra que aumenta con la edad. Estudios anteriores ya han relacionado saltarse el desayuno con una mayor tendencia a aumentar de peso.
Ha habido mucha literatura científica publicada sobre la relación entre los hábitos de desayunar tanto de niños como de adultos y el riesgo de obesidad", aseguró Pereira, profesor asociado de epidemiología y salud comunitaria de la Facultad de salud pública de la Universidad de Minnesota. "Es bastante común encontrar en la literatura que la gente que desayuna está en menor riesgo de obesidad, aunque la mayoría de estos estudios tienen algunas limitaciones metodológicas".
El nuevo estudio era tanto una muestra representativa como prospectiva, avanzaba en el tiempo. Se le dio seguimiento a más de dos mil adolescentes durante cinco años. Los participantes llenaron cuestionarios detallados sobre sus patrones alimenticios y suministraron información sobre su estatura, peso, índice de masa corporal y actividad física.
Entre mayor era la frecuencia con que desayunaba una persona, menos probable era que tuviera exceso de peso o que fuera obesa.
"No podemos hacer afirmaciones definitivas sobre causa y efecto", señaló Pereira. Sin embargo, la evidencia parece apuntar en esa dirección, agregó.
"Lo que sucede es que el total de grasa y grasa saturada como porcentaje de la energía diaria total fue más bajo entre los que desayunaban, en comparación con los que no", explicó Richel. "Esto realmente muestra que tenemos el potencial para mejorar el equilibrio energético y el control del peso con el consumo de un desayuno saludable. No estamos hablando de Pop-Tarts".
En otro artículo de Pediatrics, los investigadores informaron que un programa de internet ayudaba a los adolescentes a mantener el peso controlado a corto plazo y también reducía los atracones. Los que participaron en el programa también tuvieron menos preocupaciones sobre el peso y la figura, en comparación con los adolescentes que no participaron, lo que sugiere que el programa podría reducir el riesgo de trastornos alimenticios.
Este programa de 16 semanas comprendió educarse, modificar el comportamiento, llevar un diario, discutir y recibir mensajes motivadores.