° Realiza una actividad física que te guste. Practica al menos tres veces a la semana durante 30 ó 60 minutos algún deporte o ejercicio que te resulte placentero. Existen muchas opciones: caminatas, baile, deportes de aventura, bicicleta, natación, aeróbicos, etc., explótalos y quédate con el que mejor vaya con tu personalidad.
° Ten una actitud mental saludable respecto a la alimentación. Esto significa comer sin culpas, no pensar en términos de blanco y negro (disfruta de un helado o una porción de torta de vez en cuando), no pretendas cambiar de un día para otro y por completo tus hábitos, avanza gradualmente.
° Conoce tus puntos débiles. Haz una autoevaluación de las situaciones peligrosas que tirarían por la borda tu dieta. Puedes ayudarte anotándolas en un cuaderno. Conócete y evita tentaciones. Por ejemplo, antes de asistir a una fiesta come una ensalada, una fruta o un jugo, ello te dará sensación de saciedad y así evitarás excederse en la reunión. Ten siempre algo sano y delicioso en el refrigerador para no salir a buscar corriendo comida chatarra. Si sabes que te es imposible evitar entrar a la panadería cuando pasas por la puerta, modifica el recorrido.
° Celebra todos tus logros. Por más pequeños que te parezcan no dejes que pasen desapercibidos.
° Cuenta hasta diez. Si llegaste deprimida a casa o estás muy ansiosa, cuenta hasta diez antes de dirigirte al refrigerador, luego distrae tu mente con alguna actividad que disfrutes como leer, hablar con un amigo, hacer una actividad manual, escuchar música.
° Busca ayuda. Si te siente desorientada, tienes que saber que no hay necesidad de estar sola en esto, existen buenos profesionales (médicos, psicólogos, nutricionistas) que podrían guiarte a encontrar el camino más apropiado para ti.