La nutrigenómica busca individualizar las comidas de acuerdo con el mapa de genes de cada individuo. Son las dietas genéticas. Existen los asistentes personales, las toallas con monograma y hasta tazones con el nombre del dueño, pero hasta ahora, la nutrición se ha guiado por la regla de "una talla para todos".

Pero hoy, habiendo descifrado el genoma humano, se abren nuevas posibilidades de alinear los consejos dietéticos con el perfil genético de cada individuo. En otras palabras, se puede reducir el riesgo de ciertas enfermedades al diseñar una alimentación que se ajuste a los requerimientos nutricionales específicos de cada quien.

Este concepto de nutrición genéticamente personalizada o nutrigenómica ("nutrigenomics", en inglés) fue definido, en conversación telefónica con "El Mercurio" por el profesor Michael Muller, de la Universidad de Wageningen en Holanda, como "un intento por combinar la nutrición a nivel molecular con la genética. La idea es poder hacer recomendaciones muy puntuales de acuerdo con las necesidades específicas de cada persona".

Por ejemplo, destacó Muller, en vez de tener dietas bajas en colesterol para toda la población, se puede diseñar un régimen alimenticio personalizado.

Esto sugiere que mientras antes se haga el perfil genético
- en la infancia- , mejores son las posibilidades de prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación.

Lo anterior, sin embargo, levanta dudas sobre el derecho de esos niños -y de cualquiera- a restringir el acceso a su información genética. Un tema que se ha plasmado en distintas encuestas, donde un número importante de personas plantea sus aprensiones respecto del uso de dicha información por terceros.

Así, el debate no resuelto sobre la confidencialidad de la información genética será un obstáculo a salvar para explotar el beneficio potencial de una dieta con nombre y apellido.

Diario el Mercurio

Jueves 8 de abril de 2004