Una
luz contra los rollos
Hace
algunos meses que las revistas se han poblado de
avisos de lipoescultura láser. "Menos
invasiva, menos dolorosa" son algunas de las
virtudes que se le atribuyen a esta técnica.
La
primera impresión es que el imperio de la
liposucción tiene sus días contados;
pero no es tan así, según explican
los especialistas en el tema.
|
|
Gran
parte de los cirujanos plásticos coincide en que
es efectiva, pero sólo para pequeños volúmenes
donde la grasa está muy localizada. "Es un
método más lento, que sirve para áreas
reducidas como papada, muslos internos o pequeñas
acumulaciones de grasa en la cintura", explica el
cirujano plástico Dante González.
Sin
embargo, los defensores del láser, como el doctor
Rubén Álvarez, aclaran que no es privilegio
exclusivo de flacos. "Siempre recomiendo a mis pacientes
bajar de peso antes de la operación o hacer un tratamiento
conjunto, pero igual he operado personas con sobrepeso
y los resultados han sido excelentes".
Menos
centímetros
La
lipoescultura láser se realiza a través de
una cánula que se introduce por una pequeña
incisión. La luz actúa selectivamente sobre
las células grasas (adipositos), disolviéndolas
y convirtiéndolas en emulsión. Ya en estado
líquido, son drenadas.
"Al
extraer las células grasas es mucho más difícil
que el paciente vuelva a engordar en la misma zona que
se esculpió", agrega Álvarez.
El
proceso es ambulatorio, se realiza con anestesia local
y dura, dependiendo de cuánta grasa se extraiga,
entre 40 y 120 minutos.
Las
zonas del cuerpo que más frecuentemente se operan
son el abdomen superior e inferior y los costados o flancos
(los famosos rollos), lo que puede llegar a costar cerca
de un millón doscientos mil pesos.
Francisca
Vivar (36), por ejemplo, decidió afinar su vientre
y piernas con láser. Como es el ideal de las pacientes
que se someten a este proceso, ella estaba en su peso justo
y su único problema eran las grasas localizadas
que ni las dietas ni el ejercicio habían podido
borrar.
A
pesar de que sintió dolor, afirma que es completamente
soportable y que los cambios se notan: "Siento mi
guata mucho más plana. En las piernas no quedé como
había pensado, aunque de todas maneras están
más flacas", dice.
Otros
defectos que se pueden mejorar con laserlipólisis,
según los médicos, son la papada, el exceso
de grasa en los brazos y el "pantalón de montar",
que abarca muslos y caderas.
El
resultado es un cuerpo más afinado y moldeado, pero
no una baja sustancial de peso. "La grasa pesa muy
poco, lo que más se pierde son centímetros
y talla", precisa el doctor Álvarez.
El
postoperatorio tampoco es una luna de miel, pero es corto
y poco doloroso. "Se puede presentar un edema, que
es la hinchazón clásica postoperatoria. Además,
hay que usar faja por al menos una semana para que la piel
se adhiera al músculo", acota el médico.
También deben realizarse masajes de drenaje, ya
que el líquido que queda dentro de la zona tratada
(con la grasa que no se alcanzó a extraer) debe
eliminarse a través de la orina.
A
los dos meses se puede ver el resultado definitivo que,
a juicio del cirujano plástico Dante González,
dependerá totalmente del médico que realice
el procedimiento. "En estos casos es fundamental la
mano del doctor para esculpir bien y abarcar la mayor cantidad
de grasa posible. La experiencia y la técnica que
tenga son mucho más importantes que el aparato que
use".
Diario
El Mercurio
Miércoles
12 de mayo de 2004
|