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 La receta es comer sólo un plato fuerte en todo el día

La exótica dieta del príncipe Carlos para luchar contra los kilos

La buena vida de palacio le ha pasado la cuenta al príncipe Carlos. Una doble pera se le asoma por el cuello, la que deja en evidencia que algo debe estar sobrando bajo los principescos ternos. Por eso, el ex marido de Diana decidió hacer dieta. Sólo un plato al día es la receta que pretende devolverle la delgada figura.

“Bah, ahora todos los príncipes estamos a dieta”, dice el animador Willy Sabor, quien está luchando con los kilos a base de pura fuerza de voluntad. “Tomo un buen desayuno: un sándwich, un cafecito, un jugo. Después un almuerzo sano y la última comida la tengo antes de las seis”, cuenta.


El príncipe Carlos quiere verse delgado y, al parecer, no le importa hacer sacrificios para lograrlo.

-Igual ordenado. No te veo comiendo una vez al día...

-No, lo que pasa es que las dietas no se tratan de dejar de comer, sino de comer menos y con horarios... A todo esto, el príncipe Carlos es bien flaco... ¿o está más gordo ahora?

-Más o menos.

-De repente la Camilla (Parker Bowles) lo está hinchando. Estás muy guatón, mi príncipe, le tiene que haber dicho.

Patricia Maldonado, es otra que lleva harto peso a cuestas.

-¿No has tratado de comer menos?

-Lo he intentado todo, todo, todo, todo. Ya no sé qué hacer.

-De repente podrías hacer lo que el príncipe Carlos, que come una vez al día.

-No, imposible, no. Yo me muero de jaqueca, de ira, de rabia, de impotencia. No, no podría. Yo como las cuatro comidas, y a veces más.

-Si te tocara una vez al día te pegarías el atracón de tu vida.

-O sea, todo lo que pase por mi vista me lo como.

-Peligroso eso.

-Claro, pero es la única forma de aguantar.

La doctora Vivian Muñoz, especialista en nutrición, explica que no es muy buena idea seguir la dieta de Carlos. “Puede ser nefasto hacer una dieta así. Al principio se puede perder peso porque se reduce la cantidad total de calorías, pero a largo plazo el organismo genera mecanismos compensatorios que hacen que se absorba con más facilidad el alimento. Así se ahorra energía para las muchas horas de ayuno que habrá posteriormente”, explica.

Y agrega que “después o se va a hacer resistente a cualquier dieta o va a recuperar peso independiente de lo que esté comiendo”.

Diario Las Ultimas Noticias // Soledad Marambio

Martes 30 de marzo de 2004