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ACTUALIDAD
NOTICIOSA |
El
nocivo capricho de no comer carbohidratos
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Eliminar
alimentos como arroz, pan o legumbres de la dieta ayuda
a bajar de peso, pero con un gran costo para la salud.
La
controversia surgida hace dos semanas en Estados Unidos
en torno al creador de la dieta Atkins - quien supuestamente
murió con sobrepeso y problemas cardíacos
a causa del régimen que lleva su nombre- destapó
la olla de
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una
tendencia preocupante para los especialistas: la manía
por consumir menos carbohidratos - papas, cereales, etc.-
se ha propagado más allá de las millones de
personas que siguen dietas hipocalóricas.
De
hecho, analistas de la industria alimentaria afirman que un
número muchísimo más grande de personas
está ahora "consciente de los carbohidratos",
y que incluso hay "carbofóbicos", es decir,
quienes eliminan esos alimentos no como una forma de bajar
de peso, sino debido a una sensación general de que
no son sanos.
En
un estudio en mil 182 personas, realizado en diciembre para
la revista "LowCarbiz Living" - una nueva publicación
estadounidense dedicada al tema- , el 8,3% de los consultados
dijo que seguía una dieta baja en carbohidratos y el
20% reconoció que ha estado reduciendo los alimentos
altos en carbohidratos, aunque no sigue una dieta.
Una
situación que alienta a los empresarios y preocupa
a los médicos. En enero, representantes de 450 compañías
se reunieron durante dos días en una conferencia sobre
carbohidratos, en Denver, para discutir cómo abordar
lo que predicen será un provechoso mercado.
Pero,
si bien el abuso de los carbohidratos en la alimentación
provoca la obesidad - y con ello, patologías asociadas
como cardiopatías, hipertensión o diabetes-
, eliminarlos de la dieta no es saludable.
Fuente
de energía
Los
carbohidratos o hidratos de carbono abarcan frutas, vegetales,
cereales y granos y sus derivados, como el pan, la pasta,
las harinas, y, en cierta medida, las legumbres.
"Son la principal fuente de energía; no
hay duda de que los necesitamos para vivir",
dice el médico chileno Jaime García,
magíster en nutrición, en referencia
a que son el combustible o material energético
que requiere el organismo para funcionar.
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Por
ello, restringir o suprimir su ingesta causará fatiga
muscular y debilidad. "Puede interrumpir la función
metabólica y acarrear problemas de salud, en especial
en personas con diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades
cardiovasculares", explica Marcela Giacometto, nutricionista
de Clínica Las Condes.
Asimismo,
pueden surgir alteraciones a nivel del ánimo, como
cuadros ansiosos o depresivos. "Los carbohidratos son
importantes precursores de neurotransmisores como la serotonina,
vinculada al estado anímico - cuenta el doctor García-
. En adolescentes, esto puede traducirse en un trastorno alimentario,
como anorexia o bulimia, por ejemplo".
Además,
ya desde la segunda semana de privación de carbohidratos
puede producirse un déficit inmunitario importante.
"Eso deja a la persona expuesta a un montón de
problemas de salud. Hay un gran desconocimiento en la gente
sobre este tipo de riesgos", plantean los expertos.
Una
dieta equilibrada se compone de 10% a 15% de proteínas,
30% de grasas y 50% a 60% de carbohidratos.
Mala
elección
Sin
embargo, hay que saber escoger bien. Marcela Giacometto explica
que hay dos tipos de carbohidratos: los simples, que tienen
una alto contenido de azúcar o glucosa (entre ellos,
alimentos refinados, como harina y sus derivados, bebidas
de fantasía), y los complejos, aquellos que se encuentran
en frutas, verduras o panes integrales. Precisamente son estos
últimos los que hay que preferir.
Todo
lo contrario a lo que hacemos los chilenos. Mientras el consumo
de frutas y verduras es mínimo, la ingesta de pan llega
a los 97 kilos al año por habitante y supera lejos
a todas las naciones de Latinoamérica, además
de estar entre las mayores del mundo. También es el
segundo país que más consume pastas dentro de
la región (8,3 kilos al año), siendo sólo
superados por Venezuela.
A
juicio de Jaime García, no se trata de eliminarlos
de la despensa - de hecho, en Chile la harina y el pan están
enriquecidos con ácido fólico, necesario para
prevenir malformaciones del sistema nervioso central- , sino
de consumirlos en menor cantidad. ¿La razón?
El exceso de glucosa proveniente de los carbohidratos simples
o refinados, en vez de almacenarse en el hígado o los
músculos para ser ocupado como energía, se convierte
en grasa y, como tal, se va acumulando en el organismo. De
ahí al sobrepeso y la obesidad, es cosa de kilos.
Pequeños
consumidores
Con
miles de adultos devotos a las dietas bajas en carbohidratos
- sólo en Estados Unidos se estima que son más
de 50 millones de personas- , no es extraño que algunos
niños y adolescentes sigan sus pasos. Sin embargo,
pediatras y nutricionistas dicen que una dieta infantil baja
en carbohidratos es una muy mala idea. Los niños que
evitan o limitan comidas tales como el pan, papas, arroz y,
peor aún, frutas y verduras, "pueden privarse
de importantes nutrientes que son necesarios para el crecimiento
del organismo", opina el doctor Jaime García.
Si
bien no hay dudas de que quienes siguen una dieta baja en
carbohidratos pueden perder peso rápidamente, no hay
ningún buen estudio a largo plazo sobre sus consecuencias.
A los médicos les preocupa que los niños, tal
como los adultos, recuperarán el peso una vez que dejen
la dieta y, sobre todo, el que aquellos que aún no
han establecido hábitos de alimentación saludables
tienen el riesgo de desarrollar desórdenes alimentarios,
como anorexia o bulimia.
Diario El Mercurio // Cristian González
Martes
24 de febrero de 2004
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