Los nueve millones de obesos que habrá en Chile para 2010, es una noticia que debe preocupar a los padres, ya que parte de nuestra actual población infantil y juvenil será la que a futuro estará afectada por una gordura mórbida o por el sobrepeso. Estudios del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA) indican que en este grupo poblacional se observa una curva ascendente en los niveles de obesidad. No en vano la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a esta patología como “el mal del siglo”.

Al respecto, la doctora Raquel Burrows, jefa del Programa de Obesidad Infantil del INTA, precisa que en Chile “uno de cada cuatro niños (o adolescentes) es obeso y uno de cada tres está en riesgo”. La especialista, en un artículo de la revista “Siglo XXI” que publica esta entidad, explica que “la masa corporal refleja la relación que existe entre consumo de alimentos y gasto energético. La adopción de prácticas poco saludables en cualquiera de estos dos polos, produce un desequilibrio. Y nuestra sociedad está fomentando alteraciones en ambos platos de la balanza”.

Precisa que en el mercado ha aumentado la oferta de productos “hipercalóricos”, que se promocionan con intensas campañas publicitarias, de tal manera que los alimentos han llegado a ser hasta paliativos sicológicos. A su vez, la población chilena mantiene hábitos sedentarios con una escasa práctica de deportes y actividades recreativas, con muchas horas frente al televisor y el computador.

Comer sano Lo más importante es que al empezar sus actividades diarias los niños tomen un “desayuno balanceado”. Cuando el tiempo que transcurre entre éste y el almuerzo u otra comida es superior a cuatro horas, es necesario que lleven una colación al colegio.

Lo recomendable es la leche con o sin sabor, o un yogur; fruta natural o picada; verduras crudas (zanahoria, apio, tomate) o cocidas; nueces, maní o almendras; frutas secas (higos, pasas, ciruelas, damascos); jugos de fruta naturales y cereales laminados. La ensalada o la fruta trozada se puede colocar en un envase hermético.

Los niños con sobrepeso deben ingerir en menor cantidad las nueces, almendras, maní, las frutas secas, los néctares, jugos de frutas y cereales laminados, porque éstos aportan una mayor cantidad de calorías.

Si la colación reemplaza al almuerzo se puede organizar una dieta saludable y apetitosa con un sandwich, hecho de preferencia en marraqueta u otro pan similar, con atún, un trozo de pollo o pavo, acompañado de lechuga, tomate, palta y huevo duro. Para beber se recomienda un producto lácteo con poca grasa, y una fruta de postre. Los niños también deben beber seis u ocho vasos de agua al día.

Lo importante es que el escolar se forme el hábito de comer sano y esté consciente de que es más saludable para él comprar una fruta o un yogur, antes que unas papas fritas o ramitas, que contienen exceso de calorías y grasas saturadas.

Diario Las Ultimas Noticias // Mireya Urbina

Viernes 20 de Febrero de 2004