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ACTUALIDAD
NOTICIOSA |
La
aventura de las dietas |
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Mientras
en Gran Bretaña la vieja propuesta de Atkins
vende más que Harry Potter, los médicos
insisten en recomendar regímenes equilibrados.
Pero la fiebre dietista da para todo: el menú
de nuevas opciones para mantener la línea es
cada vez más opíparo y hasta existe un
spray que produce saciedad
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NUEVA YORK.-
Anoche fui a comer con tres amigas americanas. Una pidió
huevos fritos con tocino; otra, un bife para dos con espinaca
a la crema, y la tercera una entrada de paté y quesos
seguida por costillas de cordero con salsa. Brindamos con vodka
en el bar (muy abundante, naturalmente). ¡Ah!, y las tres
están a dieta.
¿Qué
está pasando en Nueva York, y ni qué hablar
en Londres, y cientos de ciudades de la Europa continental?
El enemigo ya no es más la tradicional panceta brillante
de aceite; por el contrario, para muchos, bienvenida sea.
Ahora, parece que el verdadero villano es la panera.
Recientemente, el Instituto de Medicina de la Academia Nacional
de Ciencias de Estados Unidos cambió sus recomendaciones:
ahora se permite algo más de grasas (hasta un 35% del
total de calorías diarias, cuando antes estaba prohibido
superar la barrera del 30% para un cuerpo sano) mientras que
el porcentaje de carbohidratos mínimo que hay que ingerir
bajó de 55 a 45 por ciento.
Esto se debe a que una serie de investigaciones sacaron a
la luz que gente con cierto perfil metabólico puede
beneficiarse de menos carbohidratos (pan, cereales, harinas
vegetales, legumbres, arroz, pastas) y más grasas monosaturadas
(presentes en el aceite de oliva, almendras, palta). Sin embargo,
fue considerada una victoria importante para los millones
de seguidores de las dietas como la del doctor Atkins y sus
sucesores, como la Dieta de South Beach, del cardiólogo
Arthur Agatston, el furor del momento que desde hace semanas
está firmemente anclada en la lista de best sellers
de todo el país.
El fervor por estas dietas que permiten un consumo casi ilimitado
de proteínas, pero eliminan los carbohidratos y restringen
las frutas y verduras, llegó hasta el punto de que
en Nueva York aun los restaurantes más sofisticados
cambiaron sus menús.
En Gran Bretaña, este verano la última reimpresión
de la dieta que Atkins publicó hace más de treinta
años vendió más que Harry Potter. Y no
es que a estas dietas las usen sólo los famosos locales
como Catherine Zeta Jones y las Spice Girls. Tanta es su influencia
sobre la población que en los últimos años
alteraron los consumos nacionales: la venta de huevos y carnes
(que estas dietas privilegian) aumentó un 10%, mientras
que los panes, las papas y las pastas -que prohíben-
cayeron.
Sin embargo, entre sus enemigos acérrimos está
nada menos que la American Heart Association (AHA). "Lo
único que tienen de bueno estas dietas es que eliminan
los azúcares procesados, que tienen calorías,
pero no nutrientes -declaró a la Revista la nutricionista
Lisa Cohn, vocera de la institución-. Pero nada más.
La teoría de que uno puede comer todo lo que quiera
de un grupo de alimentos, como carnes grasosas, es un sabotaje
contra uno mismo."
En Gran Bretaña, el Medical Research Council Human
Nutrition Research Centre, de Cambridge, en una investigación
financiada por fondos públicos, fue un paso más
allá. Susan Jebb, directora del departamento de Nutrición
de la institución, no dio vueltas respecto de la dieta
de Atkins, madre de todas las que están de moda.
"La evidencia de sus potenciales riesgos es incompleta,
pero más fuerte que la evidencia a favor de su seguridad
-dijo-. No tenemos resultados sobre qué pasa a largo
plazo respecto de la osteoporosis y el cáncer. Pero
podemos asegurar que si uno elimina todo un grupo de alimentos
como los carbohidratos, uno quita de la dieta vitaminas, minerales
y nutrientes. Los resultados de estudios epidemiológicos
en cientos de miles de personas que ingieren una alta proporción
de carbohidratos muestran que éstos tienen una menor
propensión a problemas de corazón. Y las dietas
altas en fibra también reducen los riesgos de cáncer
y el nivel de colesterol. Así, esas ventajas se pierden",
explicó en una masiva conferencia de prensa.
Sin embargo, el debate continúa. Lisa Melton, investigadora
del Instituto Wellcome de Londres, por ejemplo, recuerda que
si bien siempre se sonaron las alarmas respecto de Atkins
y sus seguidores, los estudios no parecen indicar que haya
un verdadero problema: "Los lípidos malvados no
aumentan, así que no habría objeciones -asegura-.
Además, desde el punto de vista evolutivo, para nuestros
antepasados, grasas y proteínas serían el plato
del día".
Pero más allá de la vuelta -o no- a las grasas,
otros de los cambios oficiales viene de la mano de la famosa
pirámide de los alimentos que elabora el Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos. Reconociendo por primera
vez que un 64% de los norteamericanos tiene sobrepeso y una
vida sedentaria (algo que se repite cada vez más en
el resto del mundo), pasó a recomendar una ingestión
diaria de 1600 a 1800 calorías para las mujeres adultas,
y 2000 a 2200 para los hombres. Hasta ahora, la recomendación
era de cerca de 600 calorías más en cada caso.
En la antigua pirámide, que muestra los grupos de alimentos
y las porciones por ingerir de ellos diariamente, se pone
en la base los granos, y a los aceites, azúcares y
grasas en la punta para ser ingeridos con discreción.
Esto no cambiará, pero sí se incluirá
la recomendación de que se ingiera fibra y vitamina
E, y que la mitad de los cereales sean no refinados, lo cual
antes no se especificaba.
"El mensaje básico es que hombres y mujeres tienen
que comer mucho menos", explicó Marion Nestle,
directora del Departamento de Nutrición de la Universidad
de Nueva York.
Mientras tanto, una alternativa que se anuncia como la nueva
revolución en dietas es un spray que ayuda a controlar
la ansiedad oral. Ofrecido con varios nombres, aunque Slender
Mist es el más común, otorga nutrientes esenciales
que ayudan a alejar el deseo de comer algo en ese instante.
Quienes lo han probado explican que es como fumarse un cigarrillo
cuando uno tiene hambre, sólo que no hace mal. Cuesta
cerca de 30 dólares y una vez en la boca (viene en
sabores chocolate, menta, cereza o frutas tropicales), el
90 por ciento de los nutrientes en el aerosol pasan directamente
a los capilares, por lo que el alivio es inmediato.
¿Sirve para algo? Según Clive Spratt, investigador
en nutrición de la Universidad de Bath, "el deseo
de ponerse comida en la boca es el resultado de una mezcla
de necesidades biológicas y asociaciones psicológicas.
Si uno puede tomar algo que sea una distracción del
disparador emocional que nos lleva a comer y a la vez es una
inyección de nutrientes, debería ayudar. La
única manera de bajar de peso es comer menos y elegir
comida más sana. Cualquier cosa que ayude probablemente
sea algo bueno".
Sin embargo, Toni Steer, del Medical Research Council, en
Cambridge, no se mostró tan seguro. "Yo soy escéptico
respecto de que un aerosol pueda paliar las razones psicológicas
del deseo de comer. Quien quiera bajar de peso debe repensar
su dieta. Sólo los cambios permanentes aseguran resultados
permanentes."
Pero no todos hacen dieta para bajar de peso: cuidarse el
colesterol hoy es tan común como controlar los kilos.
Una buena noticia es que el Journal of the American Medical
Association publicó que por fin existe una dieta que
baja el colesterol de una manera similar a la de las pastillas.
Llamada la Dieta Portfolio y basada en la proteína
de la soja, fibras, centeno y almendras (alimentos que tienen
conocidas propiedades que bajan el colesterol) presenta para
el almuerzo, por ejemplo, tofu con berenjena y cebolla, y
de postre unas frutas con un vaso de leche de soja.
Según la American Heart Association, la dieta Portfolio
es consistente con sus recomendaciones básicas salvo
por una cosa: ellos insisten en comer pescado dos veces por
semana porque es bueno para el corazón y esta dieta
es vegetariana.
Pero el verdadero problema es que muy poca gente podría
aguantar un régimen tan estricto. De hecho, en el estudio
sólo un 40% encontró la comida que se ofrecía
aceptable.
Por lo tanto la gran pregunta es si habrá gente que
esté dispuesta a realizarla por un tiempo prolongado.
Sin embargo, los resultados son alentadores no sólo
para quienes no quieren tomar los remedios contra el colesterol,
sino para aquellos que no pueden porque les traen efectos
secundarios y para quienes les resultan demasiado caros. Obviamente,
por ahora la dieta es demasiado extrema y pocos podrían
adherirse a ella, pero es un campo de investigación
que en breve podría traer sorpresas un poco más
agradables al paladar.
Para los que, por el contrario, sólo aceptarían
una dieta que implique comer como un gourmet, tienen que mirar
al otro lado del Atlántico. Precisamente a París,
donde el comentario obligado es Karl Lagerfeld, quién
te ha visto y quién te ve. Después de años
de ser una estampita reconocible en todas las fashion weeks
por su tradicional abanico y vestimenta amplia y japonesa,
el diseñador de Chanel está tan flaco que dice
que no necesita abanicarse más. Luego de perder 42
kilos, escribió junto al homeópata Jean Claude
Houdet un libro que es best seller en Francia, El mejor régimen.
Se basa en una extraña combinación: recetas
de alta sofisticación y baja grasa que se alternan
con los tradicionales batidos que dan la sensación
de saciedad y que se convirtió en un must del mundo
de los paladares exquisitos.
Lisa Cohn asegura que para la AHA, las dietas tradicionales
que uno compra en un libro y sigue a rajatabla están
"out, muertas, son negativas".
Es más, una de las más famosas en todo el mundo,
la de la Mayo Clinic, "no existe ni nunca existió;
es puramente un mito urbano", aseguró a la Revista
Carol Chaffin, vocera de la institución. Lo último
de lo último es, en cambio, los llamados Wellness Centres
o Centros de Bienestar, en los cuales la consulta al nutricionista
se mezcla con las bondades de un spa y atención psicológica.Una
visita al que Cohn, ex directora del departamento de Nutrición
Infantil del Columbia-Presbeteryan Hospital de Nueva York,
preside en la elegantísima Park Avenue de Manhattan
suele implicar masaje, acupuntura y reflexología junto
con un detallado análisis de los patrones de alimentación
del cliente. Cohn, según los parámetros de la
AHA y la Mayo Clinic, pregona una serie de consejos simples
a la hora de alimentarse para bajar de peso y no recuperarlo
más.
"Hay que comer mucha fruta fresca y verduras, cinco porciones
de media taza al día, y no olvidarse de los aceites
buenos que se encuentran en el pescado, la palta o el oliva.
Reemplazar las harinas refinadas por cereal integral; eliminar
las grasas procesadas y el azúcar como en las tortas",
resume. La clave, asegura, es ir al mercado y elegir bien
fresco. Aprender a cocinar y disfrutar de la comida. Poner
varios tipos de alimentos en el plato, de distintos colores,
aunque sea en poca cantidad. Tomarse un vinito con un bocado
de chocolate cada tanto. Y, sobre todo, conservar el humor.
Por Juana Libedinsky. Diario La Nación. Argentina
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