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ACTUALIDAD
NOTICIOSA |
Las
mil y una propuestas para adelgazar |
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Hay
métodos para todos los gustos, pero a menudo
la pérdida de peso es sólo temporal.
Los médicos aconsejan a sus pacientes cambiar
de estilo de vida, comer sin grasas y hacer ejercicio.
Perder peso es el objetivo más común
al principio de cada año. En Estados Unidos,
hay millones de personas que empiezan una dieta cada
año, según la Asociación de Dietética
Americana (ADA), pero ni un tercio de ellas logra su
propósito
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Más
de 200 libros se publican de forma anual sobre diferentes
tipos de dietas, nutrición o sobre el éxito
de perder peso de alguna celebridad, de acuerdo con un informe
de la Asociación Americana de Libreros. Además,
en el mercado de la publicidad televisiva, los fabricantes
de productos para adelgazar gastan más de mil millones
de dólares cada año.
Con estas cifras, cualquiera podría pensar que Estados
Unidos es un país de gente delgada. Por el contrario,
es el país que tiene mayor número de personas
con sobrepeso.
Hay programas de adelgazamiento para todos los gustos, dietéticos,
de ejercicio físico, cambio de comportamiento, farmacéuticos
y quirúrgicos. En el capítulo de regímenes
alimenticios, los hay de muchos tipos: bajos en calorías
y grasas, sin carbohidratos como el del Dr. Atkins, o vegetarianos.
Nancy Velázquez había probado muchos. Se pasaba
días sin comer con la intención de perder peso.
"Bebí los batidos de Slim Fast, luego los batidos
y las pastillas de Herbalife, me moría de hambre y
no perdía peso".
La dieta de 48 horas de Hollywood, la de Beverly Hills, la
dieta de la luna... proponen a la persona que beba mucho agua,
té o jugos de frutas, y pocos alimentos. La idea es
que al llenar el estómago, la persona se sentirá
satisfecha y no tendrá hambre. La mayoría de
estas dietas carece de seguimiento médico, y aunque
con ellas tal vez se pierda peso al principio, éste
puede recuperarse con facilidad cuando la persona vuelve a
tomar más alimentos.
Velázquez había decidido perder sus libras de
más por razones de estética. "La primera
vez que me puse a dieta tenía 16 años. Muchas
personas me llamaban gordita, empecé a sentirme muy
mal, no me gustaba mi cuerpo y la ropa que me gustaba no me
cabía", indicó Velázquez.
Años después, se divorció y después
de pasar por una depresión, se decidió a ir
al médico para perder peso.
"El médico me ha recetado medicación para
ayudarme a tener menos apetito. Tomo una píldora media
hora antes de cada comida, pero a meses alternativos, porque
dice mi médico de atención general que es bastante
adictiva. Los alimentos que tomo no pueden ser muy altos en
grasa y calorías", añade esta estudiante
que quiere ser un día maestra.
Las dietas que se acompañan de fármacos suelen
ser bajas en calorías y grasas, explica el doctor Esteban
Polanco, del grupo Health Net.
"Es contraproducente que se tomen fármacos con
una dieta alta en calorías y grasas, porque no funcionará
si el paciente come lo que quiere cuando quiere", añade
Polanco.
Por salud
Las razones de Nancy Velázquez fueron distintas de
las de Alicia Martínez. Ella había intentado
perder peso en varias ocasiones sin éxito.
"Pesaba 250 libras y medía 5'4" pulgadas.
Como tengo la presión sanguínea alta, pues a
veces parecía que me ahogaba, no podía respirar
bien".
Martínez había probado la dieta de Jenny Craig,
Slim Fast, la dieta del agua, la dieta de los jugos de Hollywood,
pero ninguna le había funcionado.
"Mi tía que es enfermera, me motivó mucho
para que fuera al médico especialista, y con mucho
esfuerzo he perdido ahora unas 20 libras. La verdad que ahora
respiro mejor y me siento bien".
El doctor le recomendó seguir una dieta baja en grasas
y calorías y hacer más ejercicio físico.
"El endocrinólogo no me recetó ninguna
medicina para quitarme el apetito porque tomó otro
medicamento para bajarme la presión. Me dijo que de
momento no me daba ninguna pastilla para quitarme el hambre
porque podría tener efectos secundarios", señaló
Martínez.
Hay otras pastillas y batidos que se anuncian como de origen
natural, por ejemplo los de Herbalife. Sin embargo, no existen
estudios médicos que prueben su eficacia.
También en las farmacias y supermercados se pueden
encontrar batidos o barritas nutritivas con pocas calorías
que substituyen comidas, que no requieren receta ni seguimiento
médico. Un ejemplo de estos regímenes alimentarios
son Slim Fast, Smart Ones o Lean Cuisine.
Ejercicio físico
También fueron razones de salud que se decidió
Jesús Martínez a cambiar de hábitos.
El había seguido los programas de Weigth Watchers y
Jenny Craig sin éxito. Pero necesitó enfermar
para decidirse a no fracasar en su empeño de perder
peso.
"Hace algo más de un año, me puse muy enfermo,
tuve una infección viral que me dio mucha fiebre, fatiga
y pérdida del apetito. Cuando me recuperé, me
convencí de que ya era hora de llevar un estilo de
vida más saludable. No creo en las dietas, sino en
comer de forma más sana y hacer más ejercicio",
dice Martínez, que es profesor de música en
el Colegio Comunitario del Este de Los Angeles.
Ir al gimnasio tres veces por semana, caminar más a
menudo y llevar una dieta balanceada baja en grasas y calorías,
"me ha ayudado a perder 47 libras, ahora peso 192 libras
y mido 5'11", pero quiero perder más libras, y
eso lo voy a conseguir haciendo ejercicio de forma constante",
señala Martínez.
La endocrinóloga Francine Ratner Kaufman está
de acuerdo.
"Los estilos de vida sedentarios, pasar horas delante
de la computadora, no caminar, conducir por mucho tiempo,
ver muchas horas la televisión y no realizar actividades
al aire libre impiden quemar calorías y grasas, y también,
que el sistema cardiovascular funcione con regularidad",
explica Ratner.
"Hay que empezar por cambiar de hábitos diarios,
ir al trabajo caminando, o subir las escaleras en vez de tomar
el ascensor, dar un paseo cada día cuando el horario
de trabajo lo permita" aconseja la endocrinóloga.
"En vez de consumir alcohol en un bar, es mejor ir al
parque a jugar con los hijos o salir con amistades en actividades
al aire libre" añade. "No es necesario pagar
una cuota a un gimnasio, ni hacer grandes sacrificios".
Beatriz
Barceló-Boyker. La Opinión Digital
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