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 Afirman los especialistas

 La obesidad alcanza rango de epidemia

Un 23% de la población adulta del Gran Santiago sufre de esta enfermedad crónica, de acuerdo con el último estudio, realizado entre los años 2000 y 2001.

En el Hospital de la Universidad Católica, este tipo de intervención es el segundo más habitual después de las operaciones de vesícula.

Para los enfermos que superan determinados rangos de sobrepeso, la mejor alternativa es hoy la cirugía (banda gástrica ajustable o bypass gástrico). Y no se recomienda por razones estéticas, sino eminentemente médicas.

Lo que ocurre en Chile es reflejo de una situación universal. Informes de la Organización Mundial de la Salud aseveran que el 22% de la población adulta en el mundo es obesa actualmente y el 55% presenta

problemas de sobrepeso. Lo patético es que el problema va en aumento.

Según el cirujano del Hospital Clínico de la Universidad Católica, Sergio Guzmán, "en Estados Unidos se ha calculado que, si la curva sigue como hasta ahora, en ese país el 100% de la población será obesa de aquí a 100 años".

En Chile, explica la doctora Julia Behnke, endocrinóloga y diabetóloga de la Clínica Indisa, "según el último estudio epidemiológico, que se realizó entre los años 2000 y 2001, un 23% de la población adulta del Gran Santiago sufre de obesidad, en tanto el 44% presenta sobrepeso; son cifras muy significativas. Comparados con los datos internacionales, la obesidad es la epidemia del siglo".

Diagnóstico para obesidad y sobrepeso

¿Por qué se ha dado la paradoja de que, hasta hace un par de décadas, en nuestro país la desnutrición era un problema de salud pública y ahora nos fuimos al otro extremo?

Básicamente, responde el doctor Guzmán, debido a cambios en nuestras conductas: la alimentación es más rica en grasas y hemos disminuido notablemente la actividad física. La doctora Behnke agrega que se está estudiando actualmente el origen metabólico de esta enfermedad, pero no se ha llegado aún a conclusiones.

Se estima que una persona es obesa ­es decir, tiene un exceso de grasa corporal- cuando su índice de masa corporal (IMC, cuociente entre peso y su altura expresado en centímetros cuadrados) supera el 30%. Los valores comprendidos entre 25 y 30 se consideran "sobrepeso".

Candidatos a la solución quirúrgica

A los pacientes obesos cuyo IMC es superior a 40 se les recomienda someterse a cirugía, pues se ha comprobado que no obedecen a otros tratamientos de dietas, ejercicios y medicamentos. También se debe operar a aquellos que tienen un IMC de 35 o más, con patologías asociadas; entre éstas, las más habituales son diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, trastornos hormonales en mujeres, cáncer de mama, de endometrio y de colon, apnea del sueño (dejar de respirar), entre otras.

A la hora de decidir operarse, los pacientes son sometidos a intensas evaluaciones, que incluyen aspectos médicos, nutricionales y metabólicos, pero también intelectuales y sicológicos. Esto último, explica la doctora Behnke, porque una persona que tiene dificultades siquiátricas y no puede comprometerse a cambiar sus hábitos alimenticios y de actividad física, no obtendrá los resultados que espera; lo mismo ocurre con aquellos pacientes con déficit intelectual que no son capaces de comprender que deben modificar su estilo de vida.

"El problema del obeso está en la cabeza", opina el doctor Alberto Pérez Castilla, cirujano de la Clínica Indisa. "Generalmente se trata de un estado de ansiedad: por eso come más y no sabe comer. La operación debería hacerse en el cerebro, para bloquear el estímulo de comer. Pero como eso no se ha inventado, con la cirugía reducimos el tamaño del estómago, de modo que envíe al cerebro la señal de que está satisfecho".

Cómo obtener un estómago más chico

Dos son las operaciones más frecuentes para ayudar a los pacientes obesos a bajar de peso, pero el principio de ambas es el mismo: disminuir la capacidad del estómago.

Una de las intervenciones se conoce como "bypass gástrico". Consiste en cortar el estómago, separar la parte más grande junto con un trozo de intestino delgado (duodeno) y unir el trozo más pequeño (que será capaz de contener apenas entre 20 y 30 cc, unas 3 ó 4 cucharadas) al resto del intestino. Así, el paciente no sólo comerá menos, sino que absorberá menos también, pues se alteró el recorrido de la comida.

Los especialistas advierten que el paciente deja de absorber también ciertas sustancias, como algunas vitaminas, fierro, ácido fólico, calcio, caroteno y otras, por lo que deberá tomar suplementos durante el resto de su vida.

La otra operación consiste en instalar una banda ajustable en torno al estómago, de modo que éste se divida en dos partes, como un reloj de arena. Nuevamente la parte superior queda con una capacidad muy disminuida de recibir alimentos, y el proceso de digestión, si bien seguirá luego su camino habitual, se retrasará, con lo que el paciente se sentirá satisfecho con menos comida y durante un tiempo más prolongado. La banda puede permanecer de por vida en el cuerpo del paciente.


Rosario Alvarez P. Diario La Segunda

Viernes 17 de Octubre de 2003