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 Ni grasas ni carbohidratos


Les restringen rigurosamente la mayoría de dietas para adelgazar.

Los médicos recomiendan una consulta antes de adoptar un régimen estricto

Carbohidratos

El primer paso cuando se decide a empezar una dieta es saber cuántas calorías tendrá ésta. En general, una persona adulta necesita unas dos mil calorías diariamente, aunque este valor varía dependiendo del sexo, estatura y actividad que realiza cada persona, explica la nutricionista Lisa Langton, de Kaiser Permanente, quien educa a sus pacientes sobre la dieta para liberarse de las grasas Freedom from Fat.

Si se tiene sobrepeso u obesidad, cualquier dieta que se comience debe tener menos de dos mil calorías. "Cualquier dieta que anuncie que la persona perderá más de dos libras por semana es inapropiada. La pérdida de peso debe ser progresiva y lenta. Lo normal es que se pierdan unas 2-4 libras por mes. Lo que se pueda perder de más son líquidos o músculo, pero no la grasa", indica Langton.

En un país con un gran volumen de adictos a los carbohidratos (panes blancos, pastas, pizzas, papas fritas), resulta curiosa la gran popularidad que han ganado en los últimos tiempos las dietas bajas en carbohidratos.
Una de las más conocidas es la del Dr. Atkins, con más de cinco libros escritos, páginas en la internet y miles de productos vendidos.
La dieta de Atkins permite que se consuman alimentos con mucha proteína, como las carnes rojas, huevos y queso y limita rigurosamente alimentos que contienen carbohidratos, como la pasta, el pan o la fruta.

Este médico considera que podemos cambiar nuestro metabolismo y perder peso si comemos alimentos ricos en proteína y grasa y limitamos los que son altos en carbohidratos. "Consumir un alto nivel de carbohidratos causa sobreproducción de insulina, lo que conduce a que se incremente el hambre y el peso", dice en su página de la internet.

La dieta de Atkins ha sido criticada por muchos nutricionistas y endocrinólogos, quienes advierten que su consumo puede elevar los niveles del mal colesterol. "Consumir carne roja, yemas de huevo, quesos, estos alimentos tienen muchas grasas de origen animal que aumentan el colesterol en la sangre", dice el doctor Esteban Cruz, de Kaiser Permanente.

Otras dietas bajas en carbohidratos son más restrictivas que la de Atkins y moderan el consumo de ciertos alimentos altos en proteínas como los huevos, las carnes rojas o la leche entera.
Hay una gran variedad de dietas bajas en calorías y grasas. La Asociación Americana del Corazón propone una dieta --basada en la pirámide nutricional, con unas 1,500-1,600 calorías--, dietas bajas en grasa como la Freedom from Fat (con 1,000-1,200 calorías, que enseña a tener hábitos más saludables en menús a los que una persona ya está acostumbrado). Difiere de la tradicional pirámide del Departamento de Agricultura (USDA), que algunos especialistas en nutrición creen desfasada.

La dieta mediterránea difiere de ambas porque no incluye carnes rojas, pero sí más pescado y con grasa de origen vegetal como el aceite de oliva.
Más extrema es la dieta vegetariana --que substituye todas las grasas de origen animal por las de origen vegetal, con unas 800-1000 calorías-- y la macrobiótica (productos de origen vegetal, que no han sido procesados de forma industrial).

La dieta vegetariana es más rica en fibra porque incluye alubias, salvado y granos, los cuales no solamente facilitan la actividad intestinal, sino que también reducen la absorción de grasas y colesterol, explica el doctor Joan Sabater, especialista en nutrición. "Una dieta vegetariana contiene menos sodio y más potasio, elementos útiles para mantener una tensión sanguínea más baja, por lo que es mucho más saludable.

Aunque las dietas vegetarianas tienen la ventaja de aportar menos grasa a la alimentación y son mucho más saludables para las personas con problemas cardiovasculares y de diabetes, hay que saber balancear muy bien los alimentos para evitar deficiencias de minerales, vitaminas y aminoácidos esenciales.

En general, lo que se recomienda es la consulta al médico, para averiguar cual es el estado de salud y las necesidades nutritivas individuales antes de adoptar un régimen para adelgazar.

Beatriz Barceló-Boyker. La Opinión Digital