Al sumergirse en ella, la fuerza de este elemento recuerda a los deportistas el útero materno -donde el feto está en el líquido amniótico-, lo que produce una sensación de placer y tranquilidad.

Hay que considerar también que la resistencia del cuerpo en el agua es 50 veces mayor que si se realiza el mismo esfuerzo sobre el piso y el organismo se siente un 10% más liviano en comparación a su peso real. Por este motivo, realizar gimnasia en este medio ayuda a desarrollar un buen estado físico, mantener una musculatura firme y conservar una elasticidad adecuada de la piel. Incluso sirve para perder peso.

En Chile, una de las pioneras de esta actividad es la modelo Josefa Isensee. Hace diez años que entrena sumergida en este elemento, lo que ha complementado con un estilo de vida saludable, ligado al mar y los deportes acuáticos. “La piscina es una muy buena terapia para practicar en la ciudad. Cuando se hace ejercicio regularmente te enfermas menos, el rendimiento en el trabajo cambia, al igual que tu relación con la familia. En el estresante siglo que estamos viviendo, el agua es una fuerza vital”.

Todas las mañanas las comienza en el Spa Mund realizando gimnasia en la piscina, ya sea en invierno o verano. Sólo cuando termina la rutina, arregla su horario para ir al trabajo o a las sesiones fotográficas. “Así como la tierra y el cuerpo humano están hechos de tres cuartos de agua, para mí este elemento también lo es todo. Puedo prescindir de cualquier cosa menos de él. Yo no podría veranear en un lugar que no lo tuviera”, agrega Josefa.

Estos ejercicios no tienen límite de edad ni restricciones para la condición física. Benefician principalmente a mujeres embarazadas, a niños, ancianos y a personas con sobre peso, operaciones recientes o incluso malformaciones. Además, son recomendables como complemento de la actividad en el gimnasio y para recuperar lesiones en deportistas de alto rendimiento.

Jorge Cossio, coordinador de la piscina del Balthus, explica que esta actividad se puede realizar tanto en aguas frías como temperadas, las que pueden llegar hasta los 30 grados. “En las más frescas el cuerpo va generando el calor y esto hace que tú mismo te exijas más, porque si paras te da frío. En la piscina de la casa se puede esperar a que en la mañana se entibie y que pase la hora fuerte del sol. Tipo cuatro de la tarde es ideal para sumergirse”.

En ellas es aconsejable trotar, realizar deslizamientos o bailar. Lo principal es trabajar las piernas, el abdomen, los pectorales y la espalda.

“Con estos ejercicios no te hipertrofias, no desarrollas musculatura como en un fitness, en una máquina abdominal o con las mancuernas. Pero sí ayuda a mantener una mejor tonificación y a reducir las grasas”, dice Cossio.

LOS EJERCICIOS Estas rutinas se deben practicar como mínimo tres veces por semana durante 35 minutos. Para comenzar, hay que realizar un buen calentamiento y elongar los músculos para evitar contracturas posteriores. Para fortalecer los muslos son recomendables las caminatas largas por la piscina (con las piernas estiradas, sin flectar y en contra del agua) o hacer un buen pateo en su borde.

También se deben trabajar los brazos y esto se logra abriéndolos y cerrándolos en contra del agua. Este ejercicio se puede realizar colocando una tablita (por ejemplo una bandeja chica o una paleta) en cada mano, para tener más empuje. Además, hay que entrenar los abdominales. Para esto es aconsejable apoyarse en la orilla de la piscina y subir las rodillas juntas hacia el pecho. Para finalizar, una ducha fría eliminará el cloro y refrescará el cuerpo.

Hoy, la mayoría de los gimnasios cuentan con piscinas como parte de su infraestructura y muchas personas están tratando de integrarlas a su hogar.

“Al realizar estos ejercicios en el agua vas adelgazando y te mantienes en forma. Pero esto debe ir complementado con una vida equilibrada, una dieta sana, con un descanso suficiente y con hábitos adecuados”, opina la modelo Josefa Isensee.

Al practicar esta particular forma de gimnasia al aire libre se deben tomar ciertas precauciones: los rayos ultravioletas se reflejan en la superficie del agua como si esta fuera un espejo y, mientras más quieta se encuentre, más alta será la agresión que sufrirá la piel. Por esto, se debe aplicar un protector solar resistente al agua 20 minutos antes de exponerse a la radiación UV. Este producto se debe volver a colocar luego de 40 minutos.

Estas son las recomendaciones para mantener la piel firme y saludable en el agua:

1. Antes de tomar sol es aconsejable aplicar Eucerin Solar Spray FPS 20 Piel Sensible, que no contiene perfumes, colorantes ni alcoholes. Para protegerse de las agresiones del medio ambiente y de los radicales libres está Eucerin Spray Corporal ph5.

2. Helena Rubinstein cuenta con variados bloqueadores solares. Para el rostro está Golden Defense C Protection SPF 30. Para el cuerpo el spray Golden Defense C Protection. La opción para cuidar el bronceado es Golden Defense Weekend Bronzer SPF 8.

3. Capital Soleil de Vichy Laboratoires Crema IP60 y Capital Soleil de Vichy Laboratoires Spray IP30 son pantallas con doble índice de protección solar, de fácil aplicación y excelente cobertura. Para la falta de humectación se puede usar la leche de tratamiento Lipidios de Vichy Laboratoires.

4. Simond’s tiene variados productos que cuidan al cuerpo de las radiaciones UVA y UVB. Sun Block Factor 20, pantalla solar natural, es ideal para niños y pieles sensibles. Los Emulsionados con Factor Solar 8 y 15, aseguran un buen bronceado. Para aplicarse luego del mar o la piscina está la crema Humectante Vitamina A y E y Body Milk pH 5.5 con Alpha Fruits.

5. Para hidratar y nutrir la piel, después de la práctica, está Nutrilift de L’Oréal.

Paula Calderón. Diario La Tercera // Mujer