La primera dama
de Estados Unidos, Laura Bush, ha bajado nueve kilos
y la prensa lo viene comentando desde los días
posteriores a la inauguración del segundo
mandato presidencial de George Bush. Porque ese
día, el 20 de enero, acaparó miradas
con su traje de Oscar de la Renta, que le sentaba
bien, según los fanáticos de la moda.
Bueno, su fórmula quedó al descubierto,
como lo explicó Patrick Rogers, de la revista
“People Magazine”, al noticiero de televisión
CBS: “Ella lo está haciendo según
el viejo estilo. Hace ejercicios tres veces a la
semana, levanta pesas y practica una rutina de yoga
y pilates. También, claro, está a
dieta”.
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Según informó el
diario “The Times of India”, la noticia
cayó muy bien entre los círculos espirituales
de ese país asiático, que se consideran
el reservorio del ancestral yoga.
La razón es que esta disciplina ha sido vinculada
a una retahíla de escándalos sexuales
y de plata, donde los protagonistas han sido gurúes
y profesores embusteros.
La revista “Hindusim Today”
expresó: “Es el vínculo de yoga
más cercano que ha habido en la Casa Blanca desde
que Patti, la hija de Ronald Reagan, se casó
con un instructor de yoga”.
Porque el yoga es hoy una parodia
de sí mismo, que mueve cientos de millones de
dólares en el mundo, y que ha sido adoptado como
una moda en Occidente, originando simulacros de la disciplina
como el hot yoga o el aero yoga.
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Miércoles
2 de febrero de 2005 |
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