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Estudio asocia la obesidad con desórdenes respiratorios de sueño



El tamaño de la cintura y el índice de masa corporal (IMC) están independientemente asociados con desórdenes respiratorios del sueño en niños en edad escolar, según reveló un artículo publicado en la revista Sleep.

Los desórdenes respiratorios del sueño abarcan una gran cantidad de anormalidades respiratorias asociadas con el sueño, como los ronquidos por resistencia menor de las vías aéreas superiores, el síndrome de resistencia de las vías aéreas superiores y el síndrome de apnea obstructiva del sueño.

Los autores sugieren que en los niños, como en los adultos, habrían factores metabólicos e inflamatorios involucrados en la aparición de los ronquidos y la apnea del sueño.

Para investigarlo, el equipo del doctor Edward O. Bixler, del Colegio de Medicina de la Penn State University, en Pensilvania, analizó la prevalencia de los factores de riesgo de los desórdenes respiratorios del sueño "en la muestra poblacional más grande que existe a la fecha de niños de escuela primaria".

Los padres de 5.740 niños, desde jardín de infantes hasta quinto grado, respondieron cuestionarios sobre los patrones del sueño y la conducta de sus hijos.

A un subgrupo elegido al azar de 700 niños, divididos por grado, género y riesgo de trastornos respiratorios del sueño, se les realizaron evaluaciones físicas y controles nocturnos (de nueve horas) del sueño.

La gravedad de los desórdenes se clasificó en ronquido primario y desórdenes respiratorios del sueño leves o moderados. Las prevalencias respectivas fueron: un 15,5 por ciento de ronquidos primarios, un 25 por ciento de desórdenes leves y un 1,5 por ciento de desórdenes moderados.

Luego de otros análisis, el grupo halló que el tamaño de la cintura fue un vaticinador importante de desórdenes respiratorios del sueño en los tres niveles de gravedad.

En cambio, el tamaño de las amígdalas no fue un factor de riesgo independiente significativo a cualquier grado de gravedad, lo que sugiere que la extirpación de las amígdalas y las adenoides no siempre sería el mejor tratamiento de primera elección.

En los niños con ronquido primario también se observó una asociación negativa que aumentaba con la edad, la pertenencia a una minoría (negros o hispanos) y una asociación positiva con el agrandamiento de los nódulos linfáticos cervicales a ambos lados del cuello.

Para los desórdenes respiratorios del sueño, las anormalidades nasales, incluida la sinusitis crónica, la rinitis, la obstrucción nasal y pertenecer a una minoría fueron también buenos vaticinadores.

Además del tamaño de la cintura, el paladar blando largo fue el único factor de riesgo identificable de los desórdenes respiratorios del sueño moderados.

Los factores que no están asociados con los desórdenes respiratorios del sueño incluyeron efusión del oído medio, una lengua anormalmente larga, la mandíbula subdesarrollada, la tos crónica y las sibilancias, detallaron los autores.

"Los factores de riesgo de los desórdenes respiratorios del sueño en los niños son complejos e incluyen factores metabólicos, inflamatorios y anatómicos", destacó Bixler en un comunicado.

"Dado que los desórdenes respiratorios del sueño en los niños no son sólo el resultado de anormalidades anatómicas, las estrategias terapéuticas deberían incluir opciones alternativas, como el adelgazamiento y la corrección de los problemas nasales", añadió el autor.

FUENTE: Sleep, junio del 2009
Reuters Health