Técnicas que han irrumpido en el último tiempo y que tienen la ventaja de ser ambulatorias e indoloras.
Por Alison Delplace. Tratamientos sin bisturí, inocuos y seguros. No invasivos. Eso es lo que están buscando cada vez más hombres y mujeres que acuden a los centros y clínicas en busca de técnicas médico-estéticas. Saben que uno de los requisitos es que sean realizadas por un médico autorizado y capacitado, y que a través de estos tratamientos pueden realizarse desde un fotorrejuvenecimiento cutáneo y eliminar arrugas hasta solucionar algunos problemas vasculares o lograr la depilación definitiva.Según los médicos, entre las mujeres, las técnicas más solicitadas son la radiofrecuencia, el ultrasonido y la tecnología láser, pero es esta última la que más ha crecido, casi avanzando a la velocidad de la luz, tal como funciona.
¿Por qué tanta popularidad? Los especialistas explican que se debe en gran parte a su seguridad y al hecho de que no cambia la expresión del rostro, como puede suceder con la toxina botulínica, que deja la cara "como si no tuviera expresión".
Para explicar los láseres hay que partir por sus tratamientos precursores: éstos son aquellos mínimanente invasivos e indoloros y que aún gozan de muy buena salud, como son el ácido hialurónico y la toxina botulínica, que fue aprobada por la FDA (Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés) hace unos 15 o 20 años, y ha aumentado en un 2000% por ciento a nivel mundial en los últimos cinco años, según explica Ariel Hasson, dermatólogo de la Clínica Las Nieves. El médico agrega que la toxina también se usa para atenuar las arrugas, tratar cefaleas y sudoración excesiva. Ahora la medicina ha dado un paso más.
"La tecnología láser en sí tiene más de cinco décadas, pero fue durante los años 80 que se desarrolló la termólisis selectiva, que consiste en seleccionar las longitudes de la onda según el tratamiento que se quiere realizar", explica el doctor Hasson.
Cada tratamiento -sea terapéutico o estético- requiere de una longitud de onda específica. "Existen alrededor de seis o siete longitudes de láser, y al hacer una evaluación médica de la piel del paciente, se puede combinar más de un láser. Por ejemplo, el rejuvenecimiento de la piel requiere de un láser que ataca la superficie de ésta junto con otro que calienta y remodela el colágeno, lo que otorga una firmeza a la piel sin perjudicar la salud de la piel", explica el doctor.
A diferencia de los efectos de la toxina botulínica u otros rellenos dérmicos, que duran entre cuatro y ocho meses, ya que luego comienzan a disminuir sus efectos, los beneficios del láser son semipermanentes y pueden durar hasta dos años, dependiendo del láser y del paciente.
Otra de las ventajas es que en la actualidad las técnicas con láser se han masificado, pues con los avances de la tecnología y el alza en la demanda, se han disminuido sus precios de manera significativa. "Hoy por menos de doscientos mil pesos se puede hacer un tratamiento con láser", dice el doctor Ariel Hasson, cifra bastante inferior al costo de una cirugía estética tradicional."Pero hay que tener ojo con los pacientes diabéticos, mujeres embarazadas, con herpes o que tomen medicamentos fotosensibles o que absorben el calor, puesto que éstos aumentan los efectos del láser", advierte el médico, quien aconseja hacerse una evaluación pre y postoperatoria para evitar infecciones bacterianas o alergias.
Además, los expertos llaman a averiguar qué tipo de tecnología se le está aplicando, pues no se debe confundir entre el láser y la luz pulsada, que si bien son muy parecidos a la vista, tienen diferencias. La principal es que el láser es más preciso que la luz pulsada, porque sus ondas se mueven en una sola dirección. Además, tanto el médico como el paciente deben usar lentes especiales para evitar lesiones oculares debidas a un movimiento en falso que haga que el ojo tenga contacto con la luz del láser.
Otro aspecto que los médicos siempre están enfatizando es quiénes pueden o deben realizar estos tipos de procedimientos, pues es sabido que se ofrecen inyecciones de vitaminas o toxina botulínica en centros estéticos o peluquerías, los que si bien no están actuando en contra de las normas, no están capacitados para hacerlo. "Es poco seguro, porque estas personas no tienen el conocimiento necesario y hay un riesgo no sólo de salud sino estético, ya que una jeringa se pone en el músculo y puede producir una infección, o peor aún, una parálisis facial. Por lo tanto, la aplicación debe ser realizada por un profesional de la salud para la seguridad de los pacientes", explica el especialista en láser médico, Federico Figueroa. Ya que ésta es precisamente la gran ventaja de los tratamientos no invasivos: recuperación inmediata y con mínimo dolor, lo que permite que el paciente se olvide de los postoperatorios largos y tediosos, los moretones y vendas "acusadoras" (muchas personas quieren hacerlo en secreto) y las potenciales cicatrices del lifting facial tradicional.
Los nuevos procedimientos
Una de las técnicas que está ganando terreno es la lipoescultura láser, reemplazando de a poco a la liposucción convencional, donde se insertan cánulas para extirpar la grasa del cuerpo. La lipoescultura láser es un procedimiento donde primero se aplica luz láser sobre el tejido adiposo, que actúa licuándolo de forma sencilla. Luego, se aplica la radiofrecuencia que ayuda a que se produzca un aumento de temperatura que bioestimula el colágeno, mejora la circulación y permite la reabsorción de las tóxinas, generando una remodelación y tonificación de la piel, señala el doctor Hasson.
Según explican los especialistas, la principal ventaja de este tratamiento es que se pueden remodelar y esculpir zonas específicas del cuerpo, como los glúteos, los brazos, la papada y el abdomen.Los resultados dependen de la calidad de piel de cada persona al igual que de la cantidad de líquido que tome o si lo complementa con el ejercicio regular.Para eliminar la celulitis, la radiofrecuencia y el calor infrarrojo son las nuevas apuestas, pues ayudan a reafirmar la piel de las zonas afectadas con distintos megahertz que actúan en conjunto con el colágeno del organismo, proteína fundamental para asegurar la elasticidad y firmeza de la piel.
La radiofrecuencia trabaja con la aplicación de ondas que acceden a las capas más profundas de la dermis y es un tratamiento que permite reafirmar, mejorar la apariencia y la luminosidad de la piel, además de tonificar el tejido dérmico. Actúa seleccionando la dermis profunda y las capas subdérmicas desde la superficie de la piel, sin provocar lesiones ni afectar otras zonas. Funciona mediante dos electrodos, mientras que la impedancia, es decir, nuestra resistencia a la radiofrecuencia, permite que aumente la temperatura interna de los tejidos y así mejore la circulación de ésta y el colágeno se contraiga, provocando una reparación y remodelación de la piel.
Otro de los usos de los láseres que también ha irrumpido en el último tiempo tiene relación con la eliminación de arrugas. Pueden usarse en envejecimiento cutáneo, fotodaño, cicatrices. Funcionan a través de la aplicación de energía en la piel durante una fracción de segundo, lo que genera una destrucción térmica selectiva de la superficie de la piel. En pocas palabras, desaparece sólo aquello que tiene que desaparecer, siendo mucho menos invasivo que las primeras técnicas de peeling con láser que partieron hace unos años. Este proceso se llama fototermólisis selectiva. Lo que logran los nuevos equipos láser es una destrucción precisa en profundidad de la piel con un mínimo daño térmico de los tejidos vecinos, y con tiempos de recuperación más breves.
Aunque las complicaciones son muy poco frecuentes, sí pueden producirse eritemas, sensibilidad al sol, o cambios de pigmentación, que en su mayoría son temporales.
Para esta técnica, es importante saber el origen del envejecimiento cutáneo del paciente. Los especialistas lo clasifican en tres tipos:
Genético: Según la cosmiatra María Olga Estrada, el envejecimiento genético se define por la herencia familiar. En estos casos es aconsejable usar productos con péptidos y tratar con ácido glicólico.
Ambiental: Se aprecia una piel gruesa de poros dilatados y manchas profusas, con daño UVA/UVB. "La vitamina C resuelve estos casos hasta en un 80% usando tratamientos en la consulta y mantención diaria perseverante", dice.
Hormonal: "No necesariamente hay que pensar en menopausia, sino que puede tratarse de cualquier trastorno hormonal. Pasado los cuarenta años, la piel se afina, pierde elasticidad y disminuye su sistema inmunitario, presentando brotes y en algunos casos rosácea", agrega.
Para mantener la piel en buen estado, es necesario complementar con cremas específicas, que los médicos recomiendan usar diariamente, en particular -tal como dice la cosmiatra- aquellas que contienen entre sus ingredientes activos el ácido hialurónico, el ácido glicólico, derivados de la vitamina A o retinol, péptidos y las ceramidas. Para la dermatóloga Cecilia Orlandi, un imprescindible es siendo un buen filtro solar.
Los especialistas piden tener precaución. Los tratamientos láser no se pueden hacer si se está embarazada o se toman anticoagulantes. Publicado el 22/07/2010
Fuente: El Mercurio
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