Con sobrepeso, bajitos, ni blancos ni morenos. Así se encuentra la mayoría de los chilenos del Bicentenario, quienes, pese al desarrollo, no se conforman cuando se miran al espejo. Para el país, el complejo es encontrarse gordo; para la clase baja, los problemas en la dentadura.
Marisol Olivares
¿Sale a vitrinear sin comprarse ropa?, ¿se haría una cirugía estética?, ¿cree que su cuerpo ya no es el mismo desde que tuvo hijos? Si sus respuestas son afirmativas, usted piensa parecido a un porcentaje importante de la población chilena, donde un tercio no está conforme con su apariencia física.
No importa cuantos gimnasios y dietas existan en el mercado, la pandemia de Chile es la obesidad y así se sienten los chilenos: con sobrepeso. Uno de cada cuatro hombres cree que está gordo. En las mujeres la cifra se duplica. Mientras más acceso económico se tiene y más joven se es, mayor es la percepción de los kilos de más, según los que respondieron en la Encuesta Bicentenario de la Universidad Católica y Adimark en 2008. Los que consideran que su peso es normal, sin embargo, son la mayoría del país, con un 56% (64% de hombres y 49% de mujeres).
País de bajos y trigueños
Uno de cada cinco chilenos se encuentra bajo. En las mujeres un 29% y en los hombres el 11%. La percepción de la talla está directamente relacionada con el nivel socioeconómico del encuestado. En el segmento bajo el 23% dice considerarse pequeño, mientras que en el alto sólo el 14%. Al contrario, en este último grupo el 7% de la población cree que es alta.
Otro elemento que va relacionado con el nivel socioeconómico es el color de piel. En Chile el 42% considera que tiene la piel blanca o clara y otro 42% no se considera ni blanco ni moreno. A 200 años de la Independencia, sólo el 16% señala que su tez es morena u oscura. Dentro del nivel socioeconómico alto, el 59% dice ser blanco, 19 puntos más que el 35% de la clase baja que se considera claro. La tez oscura, en cambio, tiene mayor presencia en este grupo social donde el 18% dice ser moreno, siete puntos más que el 11% de los del segmento alto. A nivel país sólo un tercio de los blancos vive en el extremo norte, en comparación al 46% que se considera así en el sur país. Los morenos se concentran en el norte con un 19% de presencia y se vuelven minoritarios en la Región Metropolitana, donde sólo uno de cada 10 se ve con la de piel oscura.
El color de la piel no es tema al momento de hablar de lo que al chileno le desagrada de sí mismo. El 35% que tiene problemas con su apariencia física no presenta conflictos con su tez, 53% en cambio si se considera muy excedido de peso y el 49% bajo de porte. Un problema que también resulta importante es la dentadura, donde el 29% dice que es su principal conflicto físico, especialmente en las mujeres de clase baja y mayores de 55 años.
Para las mujeres, otros complejos que aparecen son las huellas en la piel como las arrugas, estrías y celulitis; una de cada tres mujeres dicen tener algunos de estos problemas. Para los hombres, sin embargo, los complejos tienen que ver, en menor medida, con subir de peso, ser bajos y quedarse calvos.
Al quirófano
No se trata de contar con los recursos ni trabajar con la imagen. En el Chile del Bicentenario el 44% de los encuestados se haría una cirugía estética. De estos, el 9% ya ha pasado por el quirófano. De los que optarían por el bisturí el 58% son mujeres y el 28% hombres. La opinión es bastante transversal por grupo socioeconómico, pero tiene mayor presencia en la clase media donde el 46% lo haría, seguido por el 42% del segmento bajo y 39% de la clase alta. De los que declaran que se harían una cirugía, siete de cada diez no están conformes con su físico.
Aunque podría asumirse que las mujeres lideran en la opción por la cirugía porque son más vanidosas, son precisamente ellas las que se sienten más afectadas con el paso de los años o por no tener una apariencia mejor: el 59% del total de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con que, "a pesar de lo que se diga, el embarazo deteriora el cuerpo de la mujer", y dentro de las mujeres el 57% cree que tener una buena apariencia física es importante en el trabajo o estudio que actualmente se desempeña; el 18% y 11% cree que la apreciarían más si fuera más delgada o más alta, respectivamente. Sin embargo aunque cambiar de imagen sea una opción presente en hombres y mujeres de todos los estratos socioeconómicos, el 85% dice que no ha tenido dificultades para ser aceptado por otros en razón de su apariencia física.
El sedentario rito de la belleza
Aunque la mitad de las mujeres se considera con sobrepeso, sólo un 7% dice hacer cosas para mantenerse en forma semanalmente: ir al gimnasio, hacerse masajes reductivos e ir al spa son costumbre de pocas. Se da especialmente en las del sector alto, donde el 21% va religiosamente al gimnasio al menos una vez por semana. Esta dinámica es siete veces mayor que el grupo socioeconómico bajo, donde sólo un 3% tiene la misma práctica. El deporte también es más realizado en el segmento alto, donde más de un tercio de las mujeres practica deportes al menos tres veces a la semana.
Los ritos de belleza de la chilena y la clase media tienen más que ver con costumbres sedentarias que la relajan. Más de la mitad sale a vitrinear ropa aunque no compre nada (cifra 12 puntos mayor que en el sector alto), el 47% se maquilla todos los días y el 40% se pone a dieta y consume productos diet, aunque ningún nutricionista se lo medique.
Ir a la peluquería una vez a la semana es algo transversal. Sea en un exclusivo salón de belleza, la peluquería del mall o la del barrio, en todos los segmentos sociales cerca del 8% dice ir a arreglarse el pelo una vez a la semana.
Salir a gastar calorías no inquieta a nadie. Quizás porque al chileno de hoy aunque le acompleja su físico, tampoco cree que si fuera más alto, más flaco o más blanco, lo van a valorar más en su vida.
Publicado el 21/09/2010
Fuente: El Mercurio
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