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Escuelas en Estados Unidos comienzan a informar las calorías de sus comidas

Cuando ahora los alumnos van a comer a la cafetería, saben exactamente qué pueden o quieren consumir.  

MICHAEL BIRNBAUM The Washington Post 
Hace algunos días, mientras Brianna Lattanzio se encontraba en la bulliciosa cafetería de la Sligo Middle School, en Silver Spring, estudió sus opciones en la hilera de comidas. Cada alternativa tenía su información alimenticia: pollo al estilo asiático con arroz (352 calorías), nuggets de "pollo" vegetarianos (190 calorías), sandwich de carne y queso (420 calorías) y macarrones con queso (481 calorías).
Finalmente Brianna optó por los macarrones. Y dice que escogió ese plato porque se veía mejor, pero que le agrada contar con la información calórica.
"El año pasado escribí una carta pidiendo que tuvieran más sopas y ensaladas", dice la niña. Y todo indica que su petición fue tomada en cuenta.
Este año todas las escuelas del condado de Montgomery (Maryland) empezaron a colocar la información alimenticia en las cafeterías, con el fin de ayudar a aquellos jóvenes preocupados de las calorías y fomentar las opciones más saludables.
También lo hicieron para cumplir con una nueva ley del condado, que exige que las cadenas de comidas con más de 20 locales tengan información calórica de los platos que ofrecen.
"Ésta es una forma perfecta de integrar una exigencia, de modo que los padres y los estudiantes pueden ver realmente que nuestros jóvenes son sanos", señala Marla Caplon, directora de servicios alimentarios de las escuelas públicas de Montgomery.
Este cambio se produce en un contexto nacional de combate a la obesidad infantil y el mejoramiento de la calidad y sanidad de los alimentos que consumen los niños.
Como es sabido, la Primera Dama, Michelle Obama, está a favor de un proyecto de ley sobre nutrición infantil que aumentaría el gasto federal en la alimentación escolar y ajustaría los límites de grasa y sodio. El Senado aprobó el proyecto de ley el mes pasado y se espera que la Cámara lo haga este último trimestre.
Todavía son pocas las escuelas del área de Washington que colocan las listas de calorías en sus cafeterías, pero muchas proporcionan información alimenticia por internet a los padres. Una excepción son las escuelas públicas del condado de Fairfax, que han puesto listas con información alimenticia en los comedores durante la última década, según el vocero Paul Regnier.
Además, este año las comidas de las escuelas del distrito tienen que ser más sanas, después de que el municipio aprobó una ley que ordena ofrecer comidas hipocalóricas, prohíbe las grasas trans, y limita el sodio y las grasas saturadas.
Cambio de hábitos
Ahora en la Sligo Middle School -además de los platos principales- los niños pueden elegir entre peras, ciruelas, manzanas y ensaladas.
Uno de los alumnos en la fila confiesa que era un aficionado a la comida chatarra, pero que ahora está reformado. "Antes, me gustaba mucho ir al McDonald's", dice John Shungu, de 12 años, y recuerda que los Big Mac eran sus favoritos. "Pero son demasiadas calorías".
Así que ahora escogió el sandwich de carne y queso, más una sopa de brócoli.
La escuela estima que atiende en la cafetería a cerca del 60 por ciento de sus estudiantes cada día. Un dato no menor, considerando que el año pasado la mitad de los estudiantes de Sligo calificó para las comidas gratuitas o de bajo precio, lo que es un claro indicador de pobreza.
Las autoridades recalcan que el sistema escolar ha estado trabajando durante los últimos años para mejorar sus comidas. Por ejemplo, ofreciendo más granos enteros y ampliando la selección de frutas. Y lo nuevo de este año es que la leche con sabor está disponible sólo en las variedades bajas en grasas.
El sistema escolar también participa en un programa federal que limita la cantidad de grasa y azúcar que se permite en los alimentos, precisó Caplon.
Y para que el esfuerzo no quede aislado en la cafetería, los padres pueden asistir a clases de cocina saludable en las escuelas.
 No a la comida sana
A pesar de los esfuerzos del sistema educativo por mejorar la calidad de los alimentos en las escuelas, todavía existe resistencia.
"No me gusta comer tanto las cosas saludables", asegura Kristian Paulos, de 12 años, de la Sligo Middle School. "Hay que tener un poco de grasa en el cuerpo, pero no demasiada", dice mientras se sirve nuggets de pollo y papas fritas.
Y otro estudiante amenaza con boicotear la cafetería si los almuerzos se ponían más sanos todavía.
"La hilera de los bocadillos es pura comida chatarra", asegura Samnisha Horne, de 14 años. "Si la cambian, odiaría la escuela"

 

Publicado el 19/09/2010

Fuente: El Mercurio